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| Imagen de la última misa de las Esclavas del Santísimo Sacramento en la capilla de la Vera Cruz |
31 de octubre de 2018
La Vera Cruz vuelve a abrir sus puertas de forma provisional dentro del programa de Las Llaves de la Ciudad con un horizonte cada vez más lejano a conseguir un culto prolongado.
La noticia de que salmantinos y turistas puedan volver a disfrutar de las joyas de la Vera Cruz siempre es una alegría. Las Llaves de la Ciudad, programa turístico del Ayuntamiento de Salamanca, permite por segunda vez (la primera fue en 2013) que cualquier ciudadano pueda visitar espacios reservados hasta ahora a los cofrades como pueden ser las instalaciones donde se custodian los grupos escultóricos más reconocidos. Al igual que para el resto de salmantinos, la junta directiva de la cofradía cinco veces centenaria también lo ha vendido a bombo y platillo entre los hermanos destacando que, además de las visitas guiadas, dispondrán de una hora y 15 minutos más para que puedan acudir a venerar sus imágenes los viernes y los sábados. La programación se completa con conciertos y otros actos culturales que se mantendrán hasta bien entrado el mes de diciembre.
Desde la salida de las Esclavas en el mes de diciembre en un acto íntimo del que no se avisó, ya sea por el deseo de las religiosas o de la junta directiva, la capilla se ha abierto en contadas ocasiones. Para resumir, evitando hacer una enumeración que seguro me indujera a error: las fiestas propias de la cofradía, triduo pascual de Semana Santa, fiestas sacramentales y la misa mensual. Me consta por diversas fuentes que la intención de que una congregación religiosa ocupe las instalaciones se encuentra lejana, o cuanto menos no es una prioridad. Hasta ahora los intentos para que se ocuparan sí ha estado ligado a movimientos católicos, pero nada cercano a las congregaciones religiosas que velaron el convento y que devolverían una apertura prolongada a la Vera Cruz. Entre otros, rechazaron el ofrecimiento de ocupar el edificio diferentes proyectos del Comedor de los Pobres y Baraka de Cáritas.
Los visitantes que hayan acudido por primera vez a la Vera Cruz estos días no se habrán percatado de que ya no existen rejas. Ni miradas orantes tras ellas. En mi Exaltación de la Cruz, dirigí mi relato hacia una madre superiora que acompañaba el transcurrir de la cofradía. Hay un grupo importante de cofrades dentro de la Vera Cruz que aún ansían que el Santísimo Sacramento sea velado de forma continua. Que la capilla siga viva más allá del arte y las guías patrimoniales. Que no sean paredes desnudas donde mirar hacia un pasado demasiado cercano. El futuro ya es hoy. Y la oración debe hacerse un hueco entre Felipe del Corral y Alejandro Carnicero.
Soy cofrade de la Vera Cruz y me gustaría hacer dos aclaraciones a este artículo. La primera se refiere a la Exposición y Adoración permanente del Santísimo Sacramento. El domingo 27 de abril de 2014 el Obispo de Salamanca abrió solemnemente la Capilla del Monasterio del Corpus Christi destinada a la Exposición y Adoración permanente del Santísimo Sacramento. Está situada a escasos 400 metros de la Capilla de la Vera Cruz. Permanece abierta 24 horas, 365 días al año. Por ello, los devotos y fieles pueden acudir, si así lo desean, a esta capilla tan cercana para adorar al Señor Sacramentado. Y dos, a efectos canónicos (el ordenamiento jurídico de la Iglesia) la capilla de la Vera Cruz es una capilla privada, propiedad de la Cofradía de la Vera Cruz. El Código de Derecho Canónico se refiere a la organización del culto en las capillas privadas afirmando en el canon 1228: "Para celebrar la Misa u otras funciones sagradas en las demás capillas privadas se requiere licencia del Ordinario del lugar". Así que es potestad del Ordinario del lugar (con potestad propia el Obispo Diocesano, por potestad delegada el Vicario General) el establecimiento del culto en la Capilla de la Vera Cruz. Y ya la ha ejercido manteniendo los cultos de la Cofradía. Si no ha ampliado el culto habrá poderosas razones que no lo hagan posible. Pero de ningún modo puede la Cofradía decidir qué cultos instaura o suprime. No tiene competencias para ello.
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