lunes, 25 de enero de 2016

Ni galgos ni podencos. ¡Son lobos!

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Félix Torres

Nuestra Señora de la Soledad, tras su salida de la Catedral Nueva | Foto: José Ángel Barbero

25 de enero de 2016

No. No solo han sido las histriónicas cabalgatas de Reyes de Madrid o Valencia, por poner un par de ejemplos que han sido motivo de jocosos comentarios en redes sociales y tertulias de taberna, las que nos van enseñando poco a poco los dientes de quienes pretenden gobernarnos por nuestro bien. Hemos de recordar que este no ha sido sino uno más de los eslabones de una cadena de acciones destinadas a constreñir a esta inmensa parte de la población que implícita o explícitamente nos consideramos pertenecientes a la Iglesia.

Hace poco más de un año saltaba la noticia a los medios. La secretaria provincial de Podemos en Sevilla, en comentario más o menos informal a un periodista, decía que se planteaban prohibir la Semana Santa en esa ciudad. Estas palabras fueron matizadas posteriormente, quizá por el gran revuelo causado, para concluir en que la decisión quedaría en manos de los ciudadanos expresada en votación popular.

Esto fue quizá el pistoletazo de salida para que otros dirigentes y regidores de ciudades repartidas a lo largo y ancho de la Península y las islas, todos de amplia y contrastada trayectoria, comenzasen a tirar de la soga para ahogar poco a poco a una de nuestras más antiguas tradiciones, si solo consideramos su vertiente cultural, y a la manifestación de un credo religioso si, además, tenemos en cuenta las procesiones y actos de Semana Santa como expresión pública de fe de cuantos en ellos participan.
En el transcurso de este último año, estos son algunos de los titulares de la prensa nacional:
El Ayuntamiento de Santiago de Compostela ha anunciado que retirará las subvenciones a las cofradías de Semana Santa
En Ferrol se barajó eliminar las ayudas, pero se cambió de opinión tras valorar "su impacto turístico"
El Ayuntamiento de Cádiz recortará en 2016 las subvenciones municipales que reciben cada año las hermandades gaditanas, organizadoras de la Semana Santa
El Ayuntamiento de Palma de Mallorca retira las ayudas al Corpus y a la Semana Santa y cobrará 60.000 euros a las cofradías por gastos de limpieza y policía municipal
¿Y aquí? ¿Qué ocurre en casa?

Pues que son cada vez más fuertes los rumores de que en Salamanca hay quienes no quieren perder este tren populista y plantean medidas similares para nuestra Semana Santa. Que esto de las procesiones es algo molesto, que atenta contra determinada corrección política y que, entre otras cosas, se deben retirar las subvenciones a la Junta de Semana Santa.

Pero eso de las subvenciones no es más que el demagógico argumento, la disculpa asamblearia de quienes, con el más alto sentido democrático y de libertad, pretenden ahogar y finalmente aniquilar no solo una manifestación popular que a nadie daña, sino la posibilidad de expresar nuestro credo en público. Y esto, sin entrar a valorar el hecho de que existan otras organizaciones y actividades para las que se mantienen las sonrisas cómplices, las ayudas y las subvenciones institucionales, a pesar de su escaso interés popular o sus poco demostrables resultados. Creo que el rasero con el que pretenden medirnos está trucado.

Parece que la idea es ir asfixiando poco a poco a esta tradición secular para que muera lentamente, sin ruido ni aspavientos. Anular siglos de cultura en favor de posiciones más sociales y populares, sin considerar cuanto de social y popular hay en nuestra Semana Santa. Borrar la expresión de fe de cuantos salimos a las calles en estos días de pasión argumentando la laicidad estatal a pesar de que es la aconfesionalidad lo que queda recogido en nuestra Constitución.

Y nosotros, mientras tanto, cada uno en nuestro bando, discutiendo si son galgos o son podencos, como en la fábula de Iriarte.


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