jueves, 4 de febrero de 2016

¿Preparados?

| | 0 comentarios
Pedro Martín

Un concierto a los pies del Cristo de la Luz, de la Hermandad Universitaria | Foto: Alfonso Barco

04 de febrero de 2016

Estamos a las puertas de una nueva Cuaresma que, por mor del calendario litúrgico, comienza esta vez a primeros de febrero, con una Semana Santa de las más tempraneras de los últimos años. En poco más de un mes pasamos del tiempo de Navidad a la Cuaresma.

Este tiempo fuerte en la vida de cualquier cristiano debe ser una verdadera preparación para la Pascua, un tiempo de reflexión personal, de oración, de arrepentimiento, de conversión, de obras de caridad, de obras de misericordia, de ayuno y abstinencia. Y debe serlo aún más si cabe para los que nos llamamos cofrades y salimos a la calle la semana de Pasión para hacer profesión pública de nuestra fe; ¿o no? Y que celebramos con alegría la victoria de Jesús sobre la muerte y su gloriosa resurrección; ¿o no?

Esto sería lo lógico, pero nos encontramos ya antes de iniciar la Cuaresma que lo importante pasa a ser lo superfluo y lo que debería ser la culminación de este proceso natural de preparación para las celebraciones pascuales se convierte en el centro de toda la vida cofrade e incluso en la justificación de la existencia de las mismas.

Si entendemos la cofradía como procesión, es fácil entender que volquemos nuestros esfuerzos en la parafernalia que la rodea, y así llegar al absurdo de publicar, grabar y difundir ensayos como si fueran procesiones en sí mismas, algunos hasta con banda de música acompañante. Y no digo yo que los ensayos no sean necesarios, importantes a veces, oportunos incluso, pero no más que la propia procesión ni, por supuesto, la preparación espiritual de los hermanos para la misma. Si preparamos con mimo cada uno de los aspectos que la componen: imágenes, pasos, enseres, flores, música, organización de hermanos... y todo ello para que de la mejor manera posible el mensaje de Jesús traspase la puerta de nuestros templos y se difunda en la calle en estos tiempos de laicismo militante y cale en los corazones de la gente, qué menos que preparar con el mismo cuidado nuestros corazones para que acojan el mensaje que decimos pregonar y así ser coherentes como cristianos.

Nos dice el Papa Francisco en el mensaje de esta Cuaresma con las palabras del Evangelio de Mateo: "Misericordia quiero y no sacrificios", desmantelando completamente la lógica cofrade de la penitencia, aunque si revisamos las obras de misericordia y nos ponemos manos a la obra veremos que tiene mucho que ver con la conversión personal  y con la pasión, mejor dicho con la con-pasión. Y de esto sí que deberíamos de saber mucho los cofrades.

Que no nos invadan las reuniones, los preparativos, los ensayos, los conciertos, y procuremos cambiar algo en nuestra vida de cofrades cristianos. Que esta Cuaresma nos suponga un esfuerzo de conversión que nos lleve a celebrar la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor de una forma diferente. Que nuestra procesión este año esté preparada de forma diferente.


0 comentarios:

¿Qué buscas?

Twitter YouTube Facebook
Proyecto editado por la Tertulia Cofrade Pasión