miércoles, 7 de febrero de 2018

Despedida del Aleluya

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Roberto Haro

Manuscrito de la Biblia leonesa de 1162

07 de febrero de 2018

La fe cristiana, celebrada en sus respectivas regiones y con sus vicisitudes históricas, dio origen en Occidente a diferentes expresiones rituales diferenciadas: Romana, Ambrosiana, galicanas o célticas. Sin embargo, la forma propia y peculiar de celebrar los misterios cristianos en las Iglesias de la Península Ibérica se conoce como Rito Hispano: fue el propio de los católicos hispanoromanos.

Más tarde, en la época de los visigodos germanos, los Padres de la Iglesia Gotho-hispana la enriquecieron notablemente; y tras el año 711 fue la fe celebrada tanto en la España asturleonesa como la que sostuvo a los cristianos que vivieron durante siglos en la España árabe. Es uno de los ritos europeos que estuvo plenamente en vigencia hasta la recepción del Rito de Roma en el siglo XII.

De todas ellas, esta liturgia es la única de las latinas que pervive fundamentalmente en su estado original, debido a la situación de aislamiento que conoció en el largo periodo de resistencia mozárabe. En ella se manifiesta una espiritualidad bíblica, centrada en Cristo, trinitaria y martirial con gran expresividad realista y poética.

La liturgia hispano-mozárabe es particularmente rica en oraciones. Prácticamente cada celebración tiene su formulario propio, lo que fuerza el valor catequético que se daba a la liturgia en la Iglesia hispánica. Este era el medio empleado para infundir la doctrina católica y promover una espiritualidad verdaderamente cristiana en los fieles.

Y dentro de las diferentes y ricas celebraciones del Rito, en el albur de la Cuaresma a punto de iniciarse, destaco hoy un aspecto particular y distinguido de tradiciones gestadas a la sombra de los monasterios y de las escuelas catedralicias en época medieval.

Entre ellos destaca uno de los símbolos más emblemáticos y singulares en la noche del I domingo de Cuaresma: La despedida del Aleluya.

Para comprender el origen de dicha despedida hay que interpretar el significado del Aleluya y de lo que suponía para nuestros antepasados en la fe el cese de su canto en la Cuaresma y otras épocas del año.

La palabra aleluya viene de dos palabras hebreas: Hallelu-Jah, que quiere decir "alabad a Dios". El canto de estas dos palabras acompañaba toda la vida de los cristianos de su tiempo. La proclamación del alleluia de los primitivos cristianos está enfocado por lo tanto en la esperanza futura y con ello quiere dar a entender la Iglesia que nuestras acciones cotidianas carecen de todo valor de salvación si no se hacen en alabanza de Dios.

Este canto de alegría se convierte en la acción de gracias por el anuncio salvador que se escucha continuamente en la liturgia. Por tanto, el Aleluya no es la aclamación al Evangelio, como sucede en el Rito romano, sino la respuesta a la Palabra de Dios.

Pero la liturgia de las horas del Oficio Divino de ese primer Domingo de Cuaresma nos prepara para despedir al Aleluya hasta la Pascua, recordándonos así a los que aún caminamos en esta vida que no hemos llegado a la meta y no podemos gozar todavía del premio de la victoria, de la alabanza y la alegría sin fin.

Aleluya, quédate con nosotros hoy
y ya mañana partirás de viaje, Aleluya …
Te marcharás y tendrás un buen viaje, Aleluya
y volverás de nuevo a nosotros, Aleluya…
Así dice el Señor:
Ha quedado encerrado en mi tesoro el Aleluya
y en Aquél día os lo devolveré Aleluya, Aleluya
Antifonario de León n154 – Oficio Vespertino

Esta celebración de la despedida solemne y festiva de la aclamación Aleluya en la tarde del domingo In Carnes Tollendas da paso al salmo Miserere y poco después termina el Oficio.

El lunes siguiente da paso ya al ayuno, la abstinencia de carnes y al resto de las prácticas penitenciales en ausencia del Aleluya, que únicamente volverá a resonar con estruendo y gozo en la noche santa de la Pascua.

La liturgia hispano-mozárabe nos muestra, en la despedida del Aleluya del primer Domingo de Cuaresma, todo el profundo sentido que esta exclamación tenía para los antiguos cristianos.


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