lunes, 21 de enero de 2019

El día de las normas

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F. Javier Blázquez

El obispo presidió el pasado sábado la presentación del proyecto de las normas diocesanas para cofradías

21 de enero de 2019

Había expectación y no era para menos. El sábado pasado se presentó, por fin, el texto íntegro del proyecto de las normas diocesanas para cofradías. No estaban todos los que debían estar y el peso de la Semana Santa era casi absoluto frente a las otras cofradías, las comúnmente denominadas de gloria. Pero fue bonito ver a los representantes de las cofradías (agrupaciones parroquiales en algún caso, por eso de ir utilizando ya la terminología propuesta) de toda la diócesis, atentos a lo que la comisión redactora, presidida por el propio obispo, iba a comunicarles.

Ya había habido otras presentaciones. La del avance del borrador en 2017 o la que canalizó la Junta de Semana Santa de Salamanca, la única asociación de cofradías constituida canónicamente en la diócesis. A mayores, en otros foros privados, como el de la Tertulia cofrade Pasión o el encuentro de hermandades de Nuestra Señora de la Soledad, también se había hablado de ellas, explicando sus partes y espíritu.

La novedad es que ahora ya se pudo leer el texto, que al final se entregó a las cofradías, lo mismo que a los presbíteros. No es definitivo, cierto, pues falta aún la ratificación de los consejos Presbiteral y de Pastoral y el texto, por tanto, es susceptible de mejoras. Pero, seamos realistas, una vez que el obispo ha dado ya el visto bueno a un documento que en última instancia él ha maqueado y tuneado, como gusta decir ahora, hay que ser muy osado para plantear enmiendas cuando ya se tuvo tiempo para enviar iniciativas y sugerencias. Evidentemente, si la mejora propuesta es objetivamente buena, y conveniente, el Consejo de Pastoral la va a hacer suya y la incluirá. Sin embargo, correcciones estilísticas al margen, la realidad es que las normas van a variar muy poco de las avanzadas el día 19. Por lo tanto, ya sabemos a qué atenernos.

Este documento, que ha brotado directamente de la Asamblea diocesana a modo de mandato, va a suponer un cambio importante en nuestra trayectoria como cofrades. Será una ayuda, una oportunidad, un medio que clarifique para hacer bien las cosas y las cofradías, sin renunciar a su idiosincrasia y autonomía, funcionen como lo que deben ser, una parte integrante de la Iglesia. Con estas normas quedará claro dónde hay cofradía y dónde no. Y con ello se darán por terminados los dimes y diretes que venimos arrastrando desde hace décadas en nuestra diócesis. Si se es cofradía, se es con todas las consecuencias, y si no, pues se funciona como agrupación parroquial.

Lo mismo sucede con la clarificación de cuestiones tipo fundación, acceso y permanencia en los cargos y rendición de cuentas. Es bueno que esté bien definido, para que todos lo sepamos y nos sintamos ante todo Iglesia, que es de lo que se trata. Son cosas muy normales que deben tenerse en cuenta, empero, porque la autonomía es un derecho que nunca puede degenerar en la creación de espacios privativos. Esta normalización, muy demandada por las cofradías, insuflará nuevas fuerzas y permitirá una renovación del fenómeno cofrade en la diócesis. Salamanca lo necesitaba de verdad y así se reconoció mayoritariamente por los cofrades asistentes a la presentación.

El texto es amplio; son 70 artículos. Y contiene muchas más recomendaciones que prescripciones. Realmente obliga a muy poco, a aquello que no queda más remedio. La lectura pormenorizada y detenida nos permitirá descubrir la riqueza que encierra y la defensa que se hace de la piedad popular que promueven las cofradías. Esperamos con ansias su entrada en vigor, que si se cumplen plazos llegará al final de la cuaresma. Y confiamos en su cumplimiento y aplicación para que nuestras cofradías lleven a cabo con eficacia el principal cometido para el que fueron fundadas.


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