miércoles, 2 de octubre de 2019

Abriendo puertas

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Félix Torres

Proclama por la Paz de la Hermandad Franciscana celebrada el pasado domingo en el Monasterio de la Purísima Concepción

02 de octubre de 2019

Comienza un curso más, nuevo como siempre, en esta Semana Santa salmantina que para casi todos los cofrades es una semana de cincuenta y dos semanas, y abrimos las puertas a cuanto de novedoso nos espera, pero sin perderle la atención a todo aquello que, por presentarse casi cuando cerrábamos por vacaciones, no fue motivo de comentario ni cita.

Abrimos temporada con el acto que, desde hace cinco años ya, se encarga de correr la tranca que acerroja los portones de nuestra casa de hermandad salmantina y virtual. Porque la Proclama por la Paz se ha convertido en el primero de los actos cofrades. Un acto cargado de seriedad responsable en el tiempo en que apenas hay consciencia cofrade por estar en el otro extremo del diámetro temporal, en la otra punta de ese calendario que se inaugura el Viernes de Dolores.

Es nuestra Proclama ese grito ecuménico que la Hermandad Franciscana lanza al viento aún cálido de cada comienzo de otoño para recordar y recordarnos que siempre hay quienes están en peligro, en cualquier parte del mundo, por el único hecho de sentirse cristianos y proclamarlo sin sonrojo y que necesitan de una palabra firme de ánimo, de una oración callada que sirva, al menos, como recordatorio solidario. No más. Que no es mucho más lo que podemos hacer nosotros, simples cofrades salmantinos, sino tener presentes en nuestro día a día a cuantos sufren persecución por defender una fe que compartimos.

Digo, que se nos abren las puertas de la temporada. Unas puertas que cerramos hace unos meses para el descanso temporal, casi dejando fuera a esas Normas Diocesanas para cofradías que por fin vieron la luz en aquellos días finales de primavera y que esperamos comiencen su andadura; ese desarrollo que toda normativa necesita una vez plasmada en papel, con la firmeza y energía que deben tener cuantas reglas sirvan para una mejor convivencia cofrade y un mejor discurrir de nuestras actividades piadosas.

Unas Normas Diocesanas que "vinieron" acompañadas de la erección canónica de la Real y Pontificia Archicofradía Sacramental de María Santísima Madre de Dios del Rosario, nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Redención en la Institución de la Sagrada Eucaristía, María Santísima del Dulce Nombre, San Juan Evangelista y San Pío V, pues apenas diez días separan las sanciones, rubricadas con la firma de nuestro obispo Carlos López, para una y otras. Una cofradía que viene a hacerse un hueco en la semana de Pasión y a la que damos la bienvenida en estas líneas.

Normas y Rosario que, aún sin pretenderlo, van a provocar movimientos en nuestras hermandades, cofradías y congregaciones o, al menos, van a suscitar comentarios entre los unos y los otros cuando, al vernos tras un verano dedicado a menesteres más acordes con esos tiempos caniculares, hagamos la puesta en común de los comienzos de curso.

Normas y Rosario que están junto a estas puertas recién abiertas pero que no serán las únicas novedades que protagonizarán estos días del tiempo ordinario que nos llevan hacia el Adviento.

Aún hay mucho por delante y sólo hemos abierto la puerta.


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