lunes, 23 de diciembre de 2019

Y no encontraron posada

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Pedro Martín

Quizá no hay sitio en nuestras casas, siquiera, para un pequeño belén que nos recuerde qué celebramos estos días

Cualquier lugar del mundo, pongamos que Salamanca, a 23 de diciembre de 2019

Queda poco más de un día para que nazca el niño, pero no lo sabemos, o lo que es peor, lo hemos olvidado.

Quizá ni siquiera queremos que nazca, no hay tiempo para cuidar niños, ahora las prioridades son otras, estudios, trabajo, posición social.

Quizá nunca quisimos que naciera, incluso cuando ya venía en camino truncamos ese viaje de raíz.

Quizá no hay sitio en nuestras casas, siquiera, para un pequeño belén que nos recuerde qué celebramos estos días.

Quizá en medio de la vorágine de compras y regalos, comilonas y encuentros de familiares y amigos, no haya ni un minuto para rezar.

Quizá en nuestra ciudad y su decoración "navideña" ya solo quepan los motivos "laicos" para no molestar.

Quizá en los colegios (también en los religioso-concertados) ya no se escuchan villancicos que hablen del niño Jesús, pero sí de elfos, hadas y dibujos animados.

Quizá no haya siquiera esta noche "buena" un recuerdo de lo que celebramos en la cena, en forma de bendición que nos regala el mismo niño Dios.

Quizá nos olvidemos de aquellos que no tienen mesa donde sentarse, posada donde pasar la noche o de aquellos que se sientan solos a la mesa.

Quizá ni siquiera nos acordemos de los que ya no están.

Quizá el día de Navidad aparezca en nuestras casas algún presente del barbudo gordinflón, que nunca se postró ante el niño como los magos.

Quizá nuestro corazón de piedra no desea enternecerse y acoger al niño que nace.

Quizá los hombres ya no necesitan a Dios.

Quizá no necesitan que nazca su hijo que es enviado por el Padre a morir por todos nosotros para regalarnos la salvación.

Quizá ya no necesitamos la Navidad, la Natividad, el nacimiento de Jesús, que es lo que celebramos, o deberíamos celebrar.

Pero mientras en el corazón de un solo hombre encuentre posada el pequeño niño, de nuevo la esperanza renacerá, crecerá, vivirá, celebrará, compartirá, anunciará y trasmitirá la alegría de la "Buena Nueva".

¿Quieres ser tú ese hombre? Está buscando posada.

¡Feliz nacimiento de Jesús, amigos!


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