lunes, 28 de septiembre de 2015

Extraordinaria salida extraordinaria

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Félix Torres

Un momento de la misa previa a la procesión extraordinaria de la Dolorosa en las Úrsulas | Foto: ssantasalamanca.com

28 de septiembre de 2015

Este pasado fin de semana ha dejado en nuestra ciudad procesiones de carácter extraordinario. El sábado fue la Seráfica Hermandad de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Agonía, con la imagen de esa Dolorosa nacida de las gubias de Soriano Montagut, tan bella hoy como hace setenta y cinco años, y el domingo, la Santa de Ávila quien, tras cinco siglos, volvía a pasear Salamanca en una cualquiera de sus "fundaciones".

El pasado mes de junio, Miriam Labrador, en su colaboración para pasionensalamanca.com, comentaba el exceso de actos organizados por cofradías y hermandades en los días cuaresmales, preguntándose si sería necesario cada uno de ellos. Seguramente así dicho, todos en conjunto, la sobreabundancia de actos y cultos resulte indudable. Pero, cada cofradía o hermandad está, más que en su derecho, obligada a convocar a sus hermanos no solo a una procesión penitencial, por más que esta constituya el eje fundamental de la cofradía, sino a toda una variedad de actos complementarios que hagan de la hermandad un cuerpo vivo durante todo el año. Y esto es lo que ha hecho la Seráfica en la conmemoración del aniversario de la llegada a sus filas de la inigualable imagen de la Dolorosa.

La hermandad comenzó su programa de actos diseñando una magnífica exposición que, desde la sencillez, ha acercado a cofrades y público una preciosa parte de la historia de nuestra Semana Santa. Textos, fotografías y detalles se han conjuntado para rodear a una imagen que es desde su confección patrimonio de todos los salmantinos, en el soberbio marco del convento de la Anunciación. Han sido días en los que la Dolorosa ha bajado de su pedestal para mostrar sus delicadas manos a cuantos hayan querido acercar su mirada. Días en los que poder admirar sin distancias el rostro más charro que para la Virgen se haya tallado. Días, en fin, para sentirse cerca de esa Tintorera que, desde aquel oficio de aguas y tintes, se abrazó con fuerza a una corona de espinas para estar cerca, más cerca, de aquel hombre que fue su Hijo y su Dios. Una exposición, en fin, que ha mostrado a los visitantes el cariño sentido por los hermanos hacia esa imagen tan suya desde siempre.

Y como colofón magnífico, qué mejor que salir a esas calles que tantos Jueves Santos vieron a pasos y nazarenos, y dejar que la "Buena Moza" mostrase su lozanía de lustros en los claroscuros del atardecer de una tarde de sábado. Sin hábitos ni capirotes, pero con el cariño de toda una Semana Santa en septiembre, para sorprender a los tilos del paseo y dejarles abrazarla de nuevo en una anochecida de otoño.

Sí. Ha sido una salida extraordinaria y, como tal, uno de esos actos que se suman a tantos otros que programan hermandades y cofradías. Pero esta ha sido, además, una extraordinaria salida de la que los seráficos hermanos deberán estar orgullosos por una larga temporada. Felicitaciones a la hermandad con el deseo de que la lozanía de esta Madre sea la misma, si no mejor, dentro de setenta y cinco años.



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