jueves, 15 de septiembre de 2016

Aires nuevos que se quieren respirar

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F. Javier Blázquez

Un hermano de carga de la Cofradía de Cristo Yacente | Fotografía: Pablo de la Peña

15 de septiembre de 2016

Volvemos, para ir haciendo tradición, por la Santa Cruz y los Dolores de Nuestra Señora. Volvemos, en nuestra tercera temporada, para seguir reflexionando, desde distintos puntos de vista, en torno a las múltiples maneras de expresión que ha ido configurando la piedad popular durante el ciclo de la cuaresma y Semana Santa. Volvemos, dicho sea de paso, con alguna novedad que el administrador de este espacio digital comunicará en breve por la vía que considere más oportuna.

Tras el letargo estival del mundo cofrade, entramos de lleno en la actividad. La exaltación de la Santa Cruz abre el ciclo celebrativo septembrino, que sigue con las fiestas vinculadas a las advocaciones de la Virgen Dolorosa. Este año, además, con el XXV aniversario de la presencia de Nuestra Señora de las Lágrimas en Salamanca, la Hermandad de Jesús Flagelado presenta, con visos de continuidad, la Salve poética. Y comienza fuerte, con Isabel Bernardo, la pregonera de la Semana Santa salmantina del presente año y poeta ante la cruz para 2017. Después, poco a poco, las hermandades irán inaugurando el curso con sus celebraciones, asambleas y demás actos. La tradición, la de siempre y la que se va haciendo, continúa su curso.

En poco la actividad habrá retornado a sus ritmos cotidianos y, aunque parezca que todo sigue igual, el curso cofrade anuncia unas cuantas novedades. En alguna de ellas, al más alto nivel diocesano, hay depositadas muchas esperanzas. La Asamblea diocesana ha entrado ya en su fase final. ¿Será verdad que algo se moverá en la diócesis? Porque mover, más bien remover, o hasta sacudir, urge como el respirar. ¿Será verdad que van a cambiar actitudes y hasta personas? Uno, perplejo, se frota los ojos. ¿Va a entrar aire fresco por las ventanas que han engrasado para que no chirríen más de lo debido cuando las abran? ¡Es que han dicho que las van a abrir! Si así fuere, como afirman los barandas, a las cofradías, igual que al resto de las instituciones diocesanas, les va a venir francamente bien. Hace falta renovación. E iniciativas se han dado para ello desde el grupo asambleario integrado por cofrades. A ver si por una vez las consideran en las alturas.

Tenemos, por otro lado, el setenta y cinco aniversario fundacional de la Junta de Cofradías, que por fin, ¡aleluya!, reformó y aprobó los Estatutos más discutidos y consensuados de toda la historia de la Semana Santa universal. Con ellos, Cornejo sale reforzado, para cambiar y corregir según registraron las escrituras del illo tempore, e inicia su segundo mandato tras dos años prórroga en el primero por imperativo episcopal. Y la ahora Junta de Semana Santa, con su presidente a la cabeza, está decidida a vertebrar el curso cofrade con una serie de actos, escalonados a lo largo del año, que prometen dar mucho que hablar. Seguro que así será, porque capacidad y posibles tiene para ello.

Nuevos hermanos mayores, quizás no tan nuevos si nos atenemos a su currículum, porque Iglesias ya lo fue en la Dominicana y Guervós, ahora de morado nazareno, fungió en Amor y Paz durante los años mozos de Maricastaña. Pero bueno, ahí están tras ganar las respectivas elecciones. El tiempo, solo el tiempo, dejémosle, dictaminará si las segundas partes fueron buenas y hubo renovación o, por el contrario, resultó más de lo consabido.

El año, como puede atisbarse, llega con sustancia, ¡vaya que sí! Quedan más asuntos, pero estamos comenzando y conviene dosificar. Si Dios nos da salud y el administrador confianza, aquí estaremos para dar nuestros pareceres al respecto, que hoy acabamos de regresar y con el aperitivo es suficiente.


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