lunes, 4 de diciembre de 2017

La banda sonora de nuestras vidas

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Eva Cañas

Dos jóvenes componentes de la Agrupación Musical Virgen de la Vega de Salamanca | Fotografía: Heliodoro Ordás

04 de diciembre de 2017

Si eres cofrade y estás leyendo esto, puede que pienses lo mismo que yo. Una marcha procesional es la banda sonora de tu vida. La que te pone la carne de gallina, la que acelera los latidos del corazón, la que no puedes dejar de tararear sea invierno, primavera o verano… La que… Lo que digas bien dicho estará.

Propongo otro juego. Cierra los ojos y viaja un poco en el espacio-tiempo. Es la madrugada del Jueves Santo. Tras las campanadas de medianoche, se abre la Puerta de Ramos de la Catedral. La ciudad ha prometido guardar silencio ante el obispo de nuestra diócesis, don Carlos. Unos minutos después, un Cristo que agoniza avanza por la plaza de Anaya y antes de tomar la primera curva, ¿qué suena? Llorando a mares, que toca como nadie la agrupación musical de la Real Cofradía del Cristo Yacente y de la Agonía Redentora. Si eres cofrade de los buenos, esa marcha resuena ahora mismo en tu cabeza.

Sigamos. No nos iremos muy lejos de día. Seguimos en el Jueves Santo, por la tarde, junto al río Tormes. Sí, has acertado, en la iglesia del Arrabal, hace tiempo vacía de culto pero no de alma cofrade. La esencia siempre permanece. Cuando ya han avanzado hacia el Puente Romano, los primeros hermanos de hábito monacal con su farol, en el interior comienza a tocar la banda de cornetas y tambores de la hermandad cuando los hermanos de carga acaban de cargar sobre sus hombros al Cristo del Amor y de la Paz. ¿La tienes en tu mente? Yo sí. Suena Ave María, y al cruzar el dintel de la puerta, Bendición.

Y si hablamos de salidas, tampoco me puedo dejar el Gaudeamus Igitur ante las puertas de la Clerecía antes de ver el paso del Cristo de la Luz y de Nuestra Señora de la Sabiduría, de la Hermandad Universitaria. Y aunque de reciente estreno, en 2014, Nuestro Padre Jesús Flagelado tiene dedicada Tu manto de oración. Y en mi cabeza siempre presentes en San Pablo Al Señor del Rescate o Saeta. Pero Saeta suena bien en cualquier calle y ante cualquier imagen, interpretada por una agrupación, una banda de cornetas y tambores o una banda de música.

Y para acompañar a la Madre, vuelve a cerrar los ojos. No sé tú, pero yo, veo a Nuestra Señora de la Soledad con La Madrugá. Y Reina y Señora de San Esteban, para la Virgen de la Esperanza, de la Hermandad Dominicana.

Y no os quiero aburrir más, pero puedo estar horas enumerando marchas de Semana Santa que, como he dicho antes, forman parte de la banda sonora de mi vida. ¿Cuál es la tuya?


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