Comenzábamos en el curso 2014-2015, en febrero, cuando la Tertulia Cofrade Pasión celebraba sus veinticinco años de existencia. En septiembre de 2023, la edición digital de Pasión en Salamanca, que como todos saben sugirió y puso en marcha Abraham Coco, inicia su décima temporada. El mundo de lo digital es efímero. Las propuestas surgen como los champiñones, pero en el tiempo son muy pocas las que perseveran. Por eso, el avanzar ya hacia la década, manteniendo siempre un mismo estilo, criterios y principios, tiene bastante mérito. Un mérito que se debe fundamentalmente al altruismo de los colaboradores, los que escriben y quienes ceden sus fotografías para dar lustre a las columnas. De manera lenta, pero progresiva, el número de lectores crece de año en año. Esa es también la evidencia de que el trabajo está yendo por el buen camino.
La edición digital de Pasión en Salamanca, asociada
inevitablemente a la revista tradicional que nació en 1994, mantiene su idea de
ofrecer al mundo cofrade un espacio de reflexión
en torno al fenómeno cofrade. Una reflexión que es autorizada, dado que los colaboradores son personas muy
competentes, conocedores a fondo de los intríngulis cofrades o especialistas en
disciplinas relacionadas con la religiosidad popular. Una reflexión también plural, pues siempre se ha intentado
que todo el arco del pensamiento y sensibilidades cofrades esté representado en
el elenco de colaboradores. Una reflexión completamente libre, puesto que a nadie se le dice sobre qué debe escribir. En
todos estos años, nunca se ha vetado ni mutilado ninguna columna, pues todos
los colaboradores asumen las líneas rojas de cualquier publicación en un país
libre. Esto nos lleva a señalar, finalmente, que la reflexión que brota de este
espacio es crítica. La crítica, que
no es otra cosa que el enjuiciamiento, es la base de cualquier sociedad
democrática que se precie. Para la complacencia ya están los corifeos y demás
aspirantes a roer los bordes de la tajada.
Por todo esto, Pasión en Salamanca se ha convertido en un
espacio incontrolable, a veces imprevisible y con frecuencia incómodo. Pero
esta es su razón de ser. El oficialismo ya cuenta con sus canales para el
autobombo y la prensa reglada, en esta ciudad, pasa bastante de la Semana
Santa. Se transcriben comunicados de prensa, se da cuenta de generalidades y
como mucho se redacta una noticia. Pero la opinión crítica es un subgénero casi
desconocido en la prensa local. En información general cada medio pone el punto
de mira en sus oponentes ideológicos o empresariales y los convierte en muñecos
del pim pam pum. Objetivamente, eso no sería un ejercicio crítico, pues ya hay
una predeterminación. Para todo lo demás, no hay recursos ni voluntad de
complicarse la vida. Y si esto sucede con los asuntos de carácter general, ya
podemos imaginar en qué sitio queda el ámbito cofrade. Salvo alguna excepción,
que las hay muy honrosas, con buenos profesionales del periodismo que llegan
hasta donde pueden, el panorama que tenemos es este. Y para paliar dicha
carencia está, iniciando su décima temporada, la edición digital de Pasión en Salamanca.
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