Detalle de la V estación del vía crucis de Núñez Solé en la iglesia de Fátima |
31 de marzo de 2017
Al estudiar de manera pormenorizada cada una de las catorce estaciones del vía crucis de la parroquia de Fátima en Salamanca, realizadas en hormigón por José Luis Núñez Solé en 1959, nos damos cuenta de que la número cinco, la de el Cirineo ayudando a Jesús a llevar la cruz, presenta unas particularidades que la convierten en original y única.
Sin duda la composición principal de esta escena es la típica donde se suele representar a Simón de Cirene ayudando a llevar por detrás la cruz. Núñez Solé retoma aquí la costumbre de poner al Cirineo como un discípulo de Jesús, que mira fijamente su rostro y sigue su mismo paso al caminar. Tras esta primera contemplación, en la que nada resulta extraño, pronto advertimos en la esquina superior derecha, sobre el Cirineo y tras el travesaño horizontal de la cruz, una escena que nos atrae debido a su gran ternura y belleza, se trata de una madre abrazando a sus dos niños pequeños.
Como bien aprecia la historiadora de arte Montserrat González, la imagen de esta madre plegada y reconcentrada sobre su bebé, recuerda a una de las figuras maternales de Picasso de su etapa azul (cf. Pasión en Salamanca, nº 16, pp.37 y 38, Salamanca 2009). Puede parecernos que nos hemos adelantado a la octava estación, donde Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén, rodeadas por sus hijos, sin embargo, nuestro escultor desarrolla otro tema, una rareza iconográfica de algunos vía crucis historicistas de finales del siglo XIX o principios del XX, tomada del relato del Evangelio según san Marcos: "Pasaba uno que volvía del campo, Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo; y lo obligan a llevar la cruz" (Mc. 15, 21). Es decir, en principio esta estación se inspira en este pasaje evangélico al incluir a los dos hijos de Simón de Cirene, llamados Alejandro y Rufo, cuyos nombres se mantienen en el evangelio de Marcos debido a la importancia posterior de estos personajes dentro de las comunidades cristianas de Roma (cf. El Evangelio según San Marcos, Gnilka, J. vol. II, pp. 369-370, Salamanca 1986). Sin embargo, Núñez Solé se atreve a más, incorporando a la madre de Alejandro y Rufo y, por lo tanto, la esposa de Simón de Cirene. De esta forma, quiso convertir la quinta estación en una sugerente y viva imagen de una familia que sigue a Cristo en el camino hacia la cruz.
Retrato de una escena familiar en la que aparece Núñez Solé con sus hijas Amparo y Elena |
Retrato familiar de la mujer y las hijas de Núñez Solé, detalle de la V estación del vía crucis y pieza completa |
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