10 de mayo de 2017
La Pascua es tiempo de lecturas atrasadas. El trajín cuaresmal y el suspiro cofrade dan paso a los días donde detenerse en revistas, boletines, especiales y otros papeles amontonados en las semanas anteriores. Iba a titular esta selección "Recortes (tal vez uno)", pero un repaso por los artículos que Ignacio Camacho escribió de Jueves Santo a Domingo de Resurrección me animan a centrar la atención en ellos. Uno de los columnistas más sosegados de la prensa española, que no falta ninguna mañana a su cita diaria con "Una raya en el agua", dedicó este 2017 un jugoso triduo pascual periodístico a la Semana Santa, atípico entre la prensa generalista. El resto de recortes quedan para otra entrega.
En ese escenario memorial te gusta perderte al anochecer, cuando los contornos urbanos cobran con el reflejo de los cirios la pátina de una luz nueva. Cuando los capirotes son sombras de misterio que discurren entre el esplendor imaginero del barroco y la sobriedad geométrica, enladrillada, del mudéjar; cuando la liturgia de los cortejos procesionales cose la geografía de la ciudad entre un dédalo de iglesias. Cuando tus pasos recorren el territorio de tu pasado siguiendo el rastro sentimental de antiguas huellas. Cuando el sonido de la música te orienta en un trayecto que sabes anclado sobre raíces de piedra.
"El paisaje de la conciencia". Jueves Santo de 2017
"Pasiones". Viernes Santo de 2017
"Inventario de ausencias". Sábado Santo de 2017
Se trata de una crisis de éxito. En la mayoría de las ciudades españolas, la multitudinaria asistencia a las procesiones obliga a una logística funcional muy delicada. La saturación de público y el aumento de penitentes tensan la capacidad de acogida del escenario urbano y dejan la fiesta al albur de la precisión de las cofradías y la autocontención de los espectadores. Mucha gente moviéndose en muy poco espacio plantea un reto de organización endiablado que hasta ahora ha sido posible resolver gracias a una mezcla de respeto litúrgico, de tolerancia natural y de acatamiento colectivo de las reglas no escritas del rito. Pero todo está cogido con los alfileres de la educación y de la convivencia; de un consenso social, en definitiva. Si ese consenso se rompe por cualquier razón, el minucioso mecanismo de encaje queda expuesto al zarandeo, con el cartón al aire. Contingente, precario, vulnerable.
"La fiesta frágil". Domingo de Resurrección de 2017
0 comments: