01 de enero de 2018
Como nota de calendario o matiz temporal que transita, acabamos de estrenar otra añada. Pero es bueno recordar que, en este primer suspiro del 18, millones de seres humanos estarán temblando de pánico ante los sanguinarios propósitos de algún tipo de exterminio trazado por las perversas mentes del odio.Miles de mujeres sufren todo tipo de violaciones por parte de los soldados que nutren las guerras más deplorables que hoy se extienden como una plaga por diversas zonas del tercer mundo. Violaciones que, utilizadas como arma de guerra, siguen asolando los pueblos más olvidados de la tierra. Y a su lado los niños como instrumentos válidos para entrar en las tratas siniestras que sirven en platos de postre carne reciente…
Qué extraño que esa comunicación, que se conceptúa a sí misma como fruto de la globalizada situación social que vivimos, no tenga apartados predilectos en la prensa mundial para poner el dedo en la llaga. Qué contradicción más demencial que periódicos, que se conceptúan como progresistas, dediquen páginas enteras a promocionar el mercadeo sexual, que en manos de las mafias, huele a puro esclavismo humano.
Y lo peor es comprobar cómo siguen llegando todo tipo de cenutrios a los sillones del poder, para sembrar la discordia desde una formación iletrada que da asco. Y es que el mundo inaugura esta nueva añada en manos de cuatro tracaleros que viven para montarse su propia feria…
Y mientras va naciendo este 2018, millones de refugiados arrastran su indignidad por los antros siniestros del mundo. Es tanto y tan diverso el infortunio que seguimos almacenando en los muladares del universo, que se me hace difícil levantar una copa para brindar por la inauguración de un año que comienza oliendo a mierda.
Solamente el contexto religioso de la Navidad disculpa el festejo, si dejamos que ese Niño que acaba de nacer nos obligue a mirar a quienes viven a nuestro lado. Nuestro lado es el rincón geográfico de cualquier lugar del mundo donde un hombre nos llame pidiendo auxilio.
Menos mal que una gran noticia nos hace saber que miles de cristianos en Irak ya han regresado a sus casas y que otros tantos están en camino. Este hecho estará llenando de gozo a una parte de esos hermanos nuestros que, por defender al Niño que acaba de nacer en sus corazones, pusieron en máximo riesgo sus vidas.
Esta tortuosa pasión existencial puede nutrir nuevos propósitos y compromisos en todas y cada una de las cofradías existentes en esta zona geográfica del mundo, donde la Semana Santa mueve y promueve la fe de una forma tan espectacular, que incluso quienes no pisan una iglesia se convierten en espectadores de esos museos que callejean en hombros cofrades.
Las vías dolorosas de este tiempo pueden y deben atraer nuestra atención hacia esos calvarios sufrientes, donde el hombre lleva la mirada del Cristo que espera algo más de todos nosotros…
0 comments: