jueves, 25 de febrero de 2016

Y yo más...

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Miriam Labrador

Miembros de cofradías salmantinas con sus respectivos estandartes | Fotografía: ssantasalamanca.com

25 de febrero de 2016

Desde hace mucho tiempo, parece que se ha instalado en todos los ámbitos de la sociedad y de la especie humana una competencia feroz entre individuos y grupos. Y como no podía ser menos, lo mismo ocurre en el mundo semanasantero.

Por un lado tenemos a los individuos. Cofrades que en las reuniones post-actos luchan verbalmente por dejar claro que su hermandad es la que tiene los hábitos más bonitos, las mejores tallas, la que más luce en la calle, en definitiva, que su cofradía es la mejor.

Después tenemos a la hermandad como grupo. Un grupo que parece que para demostrar que es el mejor, tiene que tener el calendario de actos durante cuaresma más extenso, por supuesto no pueden faltar los ensayos y cuantos más mejor, incorporar más enseres a su procesión aunque en ocasiones de dudoso gusto, etc.

Pero aunque la teoría "yo tengo más" y "la mía es mejor" se ha instalado en el ámbito cofrade, es mucho peor la del "y yo más" que se caracteriza por tener una boca muy grande y carecer de orejas. Esta teoría es un problema porque está empezando a ganar muchos adeptos.

Cofrades a los que les da igual lo que pase, lo que haya pasado o lo que pueda pasar. Tienen sus propias ideas y no admiten que el resto puedan tener otras distintas. Sus formas puedan provocar enfrentamientos y crispación provocando situaciones desagradables.

"Y yo más" nunca va solo, se acompaña de más como él. Se organizan en grupos que logran desestabilizar las cofradías y se regocijan en las asambleas y cabildos cuando no salen aprobadas las propuestas contrarias a ellos.

Una especie con la que hay que vivir y sobrevivir.


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