lunes, 26 de septiembre de 2016

En Asamblea

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Pedro Martín

Un momento de las sesiones finales de la Asamblea Diocesana celebradas en septiembre | Foto: Diócesis de Salamanca

26 de septiembre de 2016

Hace ya diez meses, por el mes de noviembre del pasado año, escribía en este mismo medio un artículo en el que reflexionaba sobre la importancia de Asamblea Diocesana para los cofrades y la posibilidad de participar en las dos fases finales para que las propuestas llegaran al documento final.

Pues bien, desde el pasado día 15 de septiembre estamos en las sesiones finales de la Asamblea donde 236 asambleístas representan a los más de 200 grupos que han presentado aportaciones y a los distintos sectores de nuestra diócesis. Entre todos estamos reflexionando, trabajando y proponiendo cambios en el documento final que lleven a una redacción que sea aprobada por una amplia mayoría.

De esta presencia diversa de nuestra diócesis, la representación cofrade es pobre en cantidad, pues no llega a la media docena, triste número en relación a los 17.000 miembros de hermandades que se estima hay en ella. Esta es nuestra realidad, de espaldas a la diócesis y, en consecuencia, en muchas ocasiones ésta con un gran desconocimiento del mundo de las cofradías. Insisto, es nuestra realidad: con tan sólo un grupo cofrade apuntado a la Asamblea tampoco podemos pedir tener más voz de la que tenemos y, como decía el año pasado, luego diremos que no nos escuchan ni nos tienen en cuenta.

La escasa cantidad de asambleístas cofrades no significa que no seamos oídos ni tenidos en cuenta. Somos pocos pero guerreros y defendemos los cambios en nuestra diócesis con ardor y pasión cofrade hasta el punto de conseguir que en la parte del documento final ya aprobada se hagan referencias explícitas a las cofradías que de otro modo habrían quedado en el tintero.

En los caminos de renovación en nuestra diócesis hay una referencia expresa a "acompañar al pueblo de Dios en su mística popular" que bien defiende el Papa Francisco en Evangelii Gaudium y en las propuestas de renovación espiritual, pastoral y estructural, todavía por aprobar, hay algunas sugerencias muy interesantes en orden a tener en cuenta a las cofradías y a los cofrades, pero todo esto dependerá de la redacción final y de la acogida que tengan las propuestas en nuestras cofradías ya que también se nos va a pedir a nosotros una auténtica renovación espiritual, pastoral y estructural que las haga más vivas y útiles para la evangelización.

La semana que viene acaba esta fase final de la Asamblea, y con este tiempo debe empezar un periodo para nuestra diócesis y nuestras cofradías. Aprovechémoslo, no nos quedemos de nuevo al margen de los cambios que se avecinan, tengamos presencia y disponibilidad para participar en esta tarea en los próximos años.


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