lunes, 13 de diciembre de 2021

A la Espera

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 Pedro Martín

José Luis Retana, obispo de Plasencia /PMH

13-12-2021

En este Adviento que cruza ya su ecuador, a la espera de la llegada de nuestro Salvador y su próximo nacimiento, estamos también a la espera de la llegada a nuestra diócesis del nuevo obispo, don José Luis. Nunca me gusto tratar a mis obispos de monseñor, ni por su apellido. Aprecio la cercanía, es mi pastor y como tal lo trato, sin fijarme demasiado en que ocupa el escalafón máximo de la jerarquía diocesana, aunque sea también algo que no podemos olvidar.

Estamos a la espera, pero, ¿qué esperamos? Todo a su tiempo, por su orden y su importancia. Diríase, de alguna manera, que el mundo cofradiero no hace más que mirar a «palacio». Y de tanto mirar, unos de reojo y otros hacia atrás, vamos a tener tortícolis y esguinces cervicales por doquier.

Me decía un amigo sacerdote, que no es de esta diócesis (no busquéis nombres), que bien podríamos los salmantinos habernos enfadado con la designación in persona episcopi, como lo están los mirobrigenses. Pero parece que esto no ha sido así en amplios sectores de nuestra iglesia particular, aunque me consta que no en todos. De todo hay en la villa del Señor.

Estamos a la espera en esta semana de la Esperanza. La espera de María y la esperanza que ella nos trae. Qué gran ejemplo María, obediente a la voz de Dios: «Hágase tu voluntad». ¡Ay si el mundo cofrade mirara algo más a María! Cuánto mejor nos iría. Contemplémosla en su misterio corredentor; tiene mucho que decirnos.

Y después esperamos al Mesías, al hijo de Dios hecho hombre, al Niño Jesús, con su humildad y pobreza, que nace cada año para nosotros, si lo dejamos, claro. ¿Hay sitio en la posada de nuestros corazones cofrades para él? O, como se dice clásicamente en nuestros ambientes, no ha nacido y ya estamos deseando matarlo.

La tercera espera es la Epifanía, la manifestación de Dios y su poder a todos los hombres en la figura de los Magos. Poder de pesebre, poder de pobreza, poder de majestad que no entendemos; que no ejerce la violencia, sino la paz; que no levanta su brazo poderoso, sino que agacha la cabeza; que no manda, como nos gusta a nosotros; que escucha y no levanta la voz. «Mi reino no es de este mundo».

Ya tenemos el programa, electoral o de actuación para nuestras cofradías, mirar a María y escuchar a Jesús.

Y ya luego, el día 9 de enero, esperamos a don José Luis, que tomará posesión de esta nuestra –y suya– diócesis, porque no se nos debe olvidar que es de todos, y todos tenemos nuestra responsabilidad de hacer en Salamanca Iglesia de Dios, con nuestro obispo y pastor, a quien esperamos con cariño y alegría, deseándole un episcopado fructífero, pero sin olvidar las esperas importantes.

Así que menos «mirar a palacio», que luego nos duele el cuello, y más a María y al pesebre.

¡Feliz Navidad!


 

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