viernes, 17 de junio de 2022

Yogueando

| | 0 comentarios

 Álex J. García Montero

Nuestra Señora de la Soledad | Foto: Alfonso Barco
17-06-2022

 
Cualquiera que haya leído el título pensará que, como en la suerte hecha letra capital en los portales taurinos, habría querido poner «Galleando», pero el corrector, ese censor digital de la tecnología (dicho sea de paso, tan dañino en la escuela como el mascotismo en lo taurino), me corrigió y travistió a una expresión ininteligible. Pues sí. Una nueva suerte. No sé si taurina. Más bien antitaurina. O neutra, que apocalípticamente significa vomitiva. Véase el alegato sobre los tibios que hace Juan, el águila más audaz, desde la Isla de Patmos.

Resulta que Cáritas Salamanca, ha organizado un retiro de Yoga para preparar el Día de la Caridad, supongo. Los mismos que renunciaron a aceptar una donación de un grupo juvenil taurino por mor del qué dirán, se prestan a «Yoguear», porque de todos es sabido que en estas tierras visitadas por san Vicente Ferrer en los finales de la Edad Media, cuando esta ciudad eran cuatro conventos, unas ermitas, una catedral y media, la universidad y unos arrabales de mala muerte, con dos bandos eso sí, dominicos y franciscanos (los jesuitas todavía no se habían gestado), pugnaban entre sí por ver quién hacía más retiros budistas zen entre sus miembros, miembras, miembres y miembrus.

Seguro que lo fundamental de Cáritas es realizar cursos o retiros de Yoga para limpiar conciencias basándose en los ocho senderos del Shidarta Gautama. Ver para creer.

Un buen amigo, navarro (casi paisano, pero pamplonica), me dice que claro, que no me encabrone, que Cáritas Salamanca es un grupo que va por libre; que ellos, ellas, elles, ellis, ellus… son buena gente comprometida con «lo social», y que, aunque anden algo errados, hay que lidiar (nunca mejor dicho) con ellos.

En estos grupúsculos de Iglesia (si es que alguna vez fueron eclesiales), predominan los mansos. Más bien, mansazos. Dicen ser neutros, pero se posicionan claramente con determinadas corrientes políticas (anti Iglesia). Son los más sinodales, pero no aceptan que nadie vaya en su contra. Y se permiten el lujo de rechazar las ayudas del mundo taurino, no sea que algún antitaurino (Salamanca está repleta de «antis») les pueda meter el cuerno.

Son una nueva casta dentro de la Iglesia, como esos sinodales alemanes que tratan de romper sin desgarrar. Quieren vino nuevo en odres viejos. Sus fórmulas pastorales han fracasado (y lo saben). Y cuando alguien les dice algo, pues como el manso en banderillas negras, rebrincan y atizan a todo lo atizable, menos al Ordinario del lugar, que para eso es el que pone el tenderete. Se han dedicado a hacer una física y una química perfectas, de tabla periódica, pero no han contado con que, en religión y toros, por más que la ciencia haya avanzado, no podemos quitar la mística de la alquimia espiritual. Quizás los creyentes seamos más alquimistas que científicos. Y ahí está la magia. Porque sin trascendencia y solo con mindfulness esto se va al guano. En dichos retiros se respira un onanismo interior en el que pululan bóvidos de capas grisáceas entradas en altas edades, con un corte de pelo al uso del octavo don del Espíritu Santo que iguala a todas: el corte de pelo de las religiosas sin hábito.

Llama la atención cómo pronto celebraremos el Corpus, rodeados de toda la rocalla barroca pertinente. Si bien el Corpus nace en la Edad Media en entornos urbanos, la implosión del mismo sucede tras el Concilio de Trento, como un refuerzo de la creencia firme en la Transubstanciación (presencia real de Cristo en las especies del pan y del vino). Curiosamente los toros son un espectáculo del Barroco, responden al bullicio de plazas, calles, riesgos, vida, muerte… surgido de una prestancia, también real, de la reglamentación de las capeas y los llamados toros de muerte rurales. Finalmente, completan este tridente identitario, las procesiones de Semana Santa, como una vuelta a la humanidad del Hijo de Dios hecho hombre, muerto (resucitado también) por todos nosotros.

Algunas hermandades de Salamanca han celebrado por todo lo alto la Feria de Abril. Al final, es como un parto. Pero en este caso más cercano a otros parideros: se pagan once meses de renta de local o de casa de hermandad para que luego se puedan bailar sevillanas durante unos días. Y gracias a que quitaron del calendario litúrgico la antigua celebración de la Invención de la Cruz (de quitar algo, siempre se quita en el mismo sentido), tenemos el mes de mayo para celebrar la Feria de Abril.

Cáritas Salamanca (lo pongo con acento, pues supongo que el latín será cosa de carcas y trasnochados), celebra retiros de Yoga para concienciarse de que la pobreza más acuciante es la pobreza espiritual emanada de estos aprendices de Iglesias (Turrión).

Y el de la A-62, en Plasencia, aprovechando la inauguración de las Edades del Hombre, algo que nació por y para Castilla y León. De paso, financiamos, como buenos hermanos, el turismo en Extremadura (tierra maravillosa, y muy taurina y cofrade).

Así, que visto lo visto, quedamos en este reducto pasional del albero digital, cuatro parapetados en las troneras del hastío y de la verdad. Porque vienen tiempos de mansos. Quizás ellos heredarán el Reino de los Cielos. Porque lo que van a heredar nuestros hijos en templos e iglesias van a ser bancos vacíos y formas revenidas.

Sé que a veces me pongo pesimista. Aunque tengo siempre un puntito de optimismo. Viendo como estaban las calles y plazas en la Semana Santa pasada, sabiendo que somos prácticamente el último y único espectáculo gratuito que queda, observando los tendidos en Madrid y Sevilla (y otros lugares), parece que hay una parte de gente joven que se revela rebelándose (con quietud, con despaciosidad, dejándose hacer, lentamente… como una buena verónica) contra lo impuesto y establecido. También en Iglesia.

Quizás el futuro inmediato de las cofradías y hermandades pase por una auténtica catarsis. Y vendrán aquellos que echándole Güervós quieran parar, templar y mandar.

Y así, el Corpus volverá a ser la Hostia.

Y Cáritas, Iglesia.

¿Y la X? La cruz de san Andrés.

Porque, a Dios yogando y con el mazo dando. Será por dinero…

0 comentarios:

¿Qué buscas?

Twitter YouTube Facebook
Proyecto editado por la Tertulia Cofrade Pasión