lunes, 26 de octubre de 2015

¿Por qué no cambiar? Sugerencias para un cartel

| | 0 comentarios
Félix Torres

Diferentes propuestas de carteles de los últimos años en semanas santas de diversas ciudades de España

26 de octubre de 2015

Hace tan solo unos días, en estas mismas páginas, José Fernando Santos publicaba su artículo En vísperas de un nuevo cartel anunciador, en el que realiza una fundada defensa de la fotografía como elemento base para la presentación y difusión de la Semana Santa salmantina a través del cartel que a tal efecto confecciona la Junta de Cofradías, Hermandades y Congregaciones de nuestra ciudad. José Fernando aporta argumentos con los que defiende este sistema de selección, casi todos ellos seguramente compartidos por una gran mayoría de lectores, cofrades o no.

Hoy mismo, esta tarde, se inaugura la exposición de fotografías que, convocada por la misma Junta de Cofradías, sirve como preludio y base para la elección de aquella que se constituirá en el cartel anunciador de la Semana Santa de Salamanca de 2016.

Son más de treinta las ediciones que se han realizado desde la instauración de este concurso y tanto tiempo ha sido suficiente para mostrar sus muchas luces y alguna que otra sombra. Tantas ediciones, incluso con la relajación normativa de las últimas ediciones, por las que es difícil no repetirse por más vueltas que se le quiera dar al tema. Por esto, solo por esto, creo que debería enfocarse con otras miras.

Es cierto que con otro sistema se limitaría el acceso de aficionados, al menos a la fotografía, a ser algún día los autores del cartel y pudiera ser que sin el incentivo del concurso el número de fotografías de nuestra Semana Santa para el recuerdo se viese reducido en gran medida. Incluso puede que los profesionales de la fotografía perdieran el interés por esta modalidad si no hubiera compensación. Pero, por otro lado, posiblemente, el número de fotógrafos entre las filas de nazarenos disminuiría con la consiguiente mejora de los desfiles, pues son muchos los que se acercan a nuestros desfiles procesionales con la única mira de un futuro concurso a pesar de que el aparato, sea el que sea, no hace fotógrafo a cualquiera.

Desde hace tiempo vengo defendiendo la opción de que el cartel de nuestra Semana Santa se debiera basar en la obra de artistas locales o foráneos, reconocidos por su obra y seleccionados por la Junta de Cofradías, lo que permitiría que nuestra Semana Santa, en su Junta, fuese enriqueciendo su patrimonio con la propiedad de esas obras realizadas por pintores, fotógrafos o diseñadores prestigiosos.

Ciertamente, el aspecto económico es importante pues el contrato con cualquier artista llevaría aparejada la correspondiente compensación económica al mismo y desconozco si las arcas cofrades podrían asumir este gasto. Pero el resultado bien merecería el esfuerzo, en lugar de inversiones efímeras de las que lo único que quedaría sería un recuerdo más o menos agradable. Y si otros pueden, ¿por qué no nosotros?

También pudiera ser que nuestra Junta de Cofradías se preocupase por jóvenes artistas, emergentes pero con valía, con los que se podría colaborar en una simbiosis beneficiosa para ambas partes. Pintores con necesidad de dar a conocer su obra y una Junta de Cofradías como órgano canalizador de ésta. Mecenazgo y futuro.

Por supuesto que esta opción que sugiero conlleva sus riesgos y sería motivo de controversia, pero no sería nada nuevo. Hasta donde alcanza mi memoria, no hubo año en que el cartel oficial no fuese objeto de polémica bien por el tema, por el autor o por el sistema de elección. Es algo a lo que todos estamos acostumbrados, pues para ello tenemos nuestra capacidad de enjuiciar y nuestros gustos, lógicamente no coincidentes, por lo que el cartel, sea cual sea el motivo o la técnica, siempre estará sometido al juicio popular y siempre podrá ser polémico.

Posiblemente, en estos momentos y por diferentes condicionantes, mi sugerencia sea inviable. Por eso, en todo caso, como mal menor y con la certeza de que el sistema actual es válido y permite el acceso al mismo a un número elevado de concursantes, lo que populariza sin duda el concurso, en mi opinión, tras esta ya prolongada experiencia, creo que el concurso fotográfico debería renovarse, dar una vuelta a sus bases y permitir novedades que, sin salirse del campo de la fotografía, diesen más libertad a los autores tanto en los contenidos de su obra como en el tratamiento de la misma. Permitir el empleo de nuevas tecnologías, la libertad en los contenidos y tratamientos o la posibilidad de mezclar diferentes técnicas, abrirían las puertas del concurso fotográfico a espacios diferentes permitiendo la entrada de nuevos aires que renovasen el ambiente algo alcanforado que se respira ahora en el mismo.

0 comentarios:

¿Qué buscas?

Twitter YouTube Facebook
Proyecto editado por la Tertulia Cofrade Pasión