Dos hermanos de la Cofradía de Cristo Yacente se ayudan a encender sus hachones | Foto: ssantasalamanca.com |
14 de diciembre de 2016
En la sociedad, la política, el deporte o cualquier otra actividad susceptible a que se puedan tener diversidad de opiniones y gustos se viven tiempos convulsos, en los que se está perdiendo el respeto y se desprecia, zancadillea e incluso en ocasiones se insulta a cualquiera que tenga opiniones o elecciones diferentes a las que personalmente o inducidamente tenemos cada uno.
Está siendo un otoño movidito y el invierno no se presenta mejor. Al final siempre nos topamos con el discurso manido de la identidad de la Semana Santa de Salamanca y por el que se ponen en entredicho los nuevos proyectos ya sean de algunas hermandades, de incorporación de enseres, cambios en los desfiles, o cualquier propuesta que venga de una junta de gobierno no muy afín a los que mueven los hilos de nuestra Semana Santa.
De la única cosa de la que puede presumir nuestra semana de Pasión, aparte del marco, es de la diversidad. No nos hemos quedado cerrados en un tipo de procesión y de hermandad sino que se han ido incorporando diversidad de estilos traídos desde zonas más al norte como también del sur, según los gustos y preferencias de los fundadores y seguidores de las diferentes hermandades que en la actualidad la componen. Lo que no se puede pretender ahora es parar lo que una gran mayoría de cofrades está demandando porque a otros pocos no les gusta la idea con el argumento de que no se corresponde con lo que es la Pasión castellana. Pero si te pones a hacer balance de lo que ya tenemos nos sobrarían dedos en una mano para contar lo que sacamos a la calle que sea realmente castellano.
Desde hace tiempo y hablando desde mi percepción y algunas opiniones más que he podido recoger de cofrades que solo somos meros espectadores, se nota por parte de los responsables de instituciones, hermandades o asociaciones que no se trata a todos los miembros de este círculo igual. Los personalismos y amiguismos están perjudicando el buen funcionamiento de todo lo que nos rodea amparándonos en la famosa palabra "identidad" lo que está provocando división, rencillas y malestar que perjudica seriamente a nuestro colectivo ya muy tocado desde hace tiempo por la aversión a todo lo que tenga que ver con la religión y que cada vez se hace más notable en la sociedad.
La RAE nos dice que "respeto" es la "consideración, acompañada de cierta sumisión, con que se trata a una persona o una cosa por alguna cualidad, situación o circunstancia que las determina y que lleva a acatar lo que dice o establece o a no causarle ofensa o perjuicio". Pues simplemente con tomar conciencia y aplicar lo que es el respeto, entender a la otra parte y sobre todo, que la igualdad de condiciones y la ayuda prevalezcan por encima de los gustos personales y los caprichos. Cada uno tenemos nuestras preferencias, que puede que sean contrarias a la gran mayoría, pero si nosotros respetamos, nos pagarán con la misma moneda.
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