19-04-2021
Con cierta rabia principio a diseñar mi preparación para los próximos días procesionales que hemos de vivir el año que viene, si esta locura de los reiterados festejos negacioncitas lo permiten. Reconozco que ando ya metido en una preparación física para el aguante del callejeo y en una mentalización rigurosa para combatir las horas más intempestivas de la noche.
Sí, deseo volver a vestir los años adolescentes y ver todas y cada una de nuestras imágenes por las rúas salmantinas. Necesito escuchar esa música tan exclusiva que acompaña entre sentimientos el suave mecer del Cristo y disfrutar de la floresta más variada y exquisita que como una alfombra se extiende bajo los pies de la Madre.
Que sí, que ya sé que la Semana Santa importante para cualquier cristiano debe ser la que mueve los cimientos de la fe en la Iglesia… pero la otra, la de los mentideros cofrades, la de los chismes y la de los tocapelotas y capillitas, se me antoja en este momento imprescindible para recuperar los días perdidos por este pandémico desierto donde, muerta de sed, se arrastra la vida.
Deseo volver a llenar los bolsillos de pirulís y sentirme como un niño por los aledaños de Libreros o la Compañía; vislumbrar, en el rostro de la gente, el gozo de expresar en la calle la emoción de ver las sombras de las imágenes sobre los lienzos dorados de este calvario de piedra; ser besado por el mismo anochecer que hace 51 años cubría, por el romano puente, la primera marcha penitencial del Señor del Arrabal del Puente o recobrarme junto a las lágrimas de mi madre cuando llegaba, en la procesión del Santo Entierro, su Rescatado.
Y es que las tallas, que han ido vigorizando con el trascurrir del tiempo mi pertenencia a esta pasión salmanticense, se han convertido en algo insustituible sobre el altar de mis contemplativas necesidades.
Como dice mi colega Blázquez Vicente, me gustan las procesiones, verlas y sentirlas mientras observo al gentío entregado a la complacencia de compartir algo que vive entre nosotros desde hace más de cinco siglos.
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