viernes, 23 de diciembre de 2022

El misterio de la Navidad pintado por Fernando Mayoral

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 Tomás Gil Rodrigo


La Navidad interpretada por Fernando Mayoral
 

23-12-2022

A Fernando Mayoral le conocemos sobre todo por su faceta de escultor. En las calles y plazas de Salamanca conviven entre nosotros sus reconocidas figuras, que llenan de belleza y esperanza nuestro día a día, lleno de luces y sombras, de penas y alegrías. Del mismo modo, en la iglesia de San Martín y en la procesión del sábado anterior al Domingo de Ramos, contemplamos su impactante y sobrecogedora imagen de Cristo crucificado, bajo la advocación de la Humildad. Nadie queda indiferente ante la representación de la humildad de Cristo, en su rostro vuelto al Padre en obediencia, y en la línea continua, que recorre en movimiento todo su cuerpo, dispuesto a amar y servir con su vida a la humanidad.  

Sin embargo, ahora estamos empezando también a descubrir las cualidades pictóricas de Fernando Mayoral, tal y como nos explicó, en su preciosa intervención, la profesora de historia del arte Montserrat González el pasado mes de noviembre en el Casino de Salamanca, dedicada a las representaciones pictóricas de Mayoral que ilustran la revista anual Pasión en Salamanca con motivo de unas jornadas dedicadas a homenajear al artista tras su fallecimiento el pasado mes de junio, organizadas por la Hermandad Franciscana del Cristo de la Humildad. Como es lógico, a estas jornadas fue invitada y acudió la familia del artista. Al finalizar pude saludarles y charlando con su hijo Gonzalo, entre las muchas cosas que hablamos, me comentó que su padre felicitaba todos los años la Navidad a los amigos y conocidos con unas preciosas postales que el mismo pintaba, algunas de las cuales él conservaba con cariño. Entonces fue cuando pensé que había que seguir mostrando sus pinturas y, dado que estaba próxima la Navidad y tenía asignado el día 23 de diciembre para intervenir en la revista digital de Pasión, le pregunté si nos las podía pasar. De este modo las disfrutamos todos y así nos ayudan a contemplar el misterio del amor de Dios que estos días vamos a celebrar. Así que le doy las gracias, en nombre de todos, a su hijo Gonzalo por este regalo compartido.

Entresacadas de las muchas felicitaciones que pintó Mayoral, estas ocho son ilustrativas de su buen hacer y componen un bello conjunto realizado entre los años 2003 y 2008, según data él mismo al lado de su firma. Lo verdaderamente importante es lo que en cada uno evoque y suscite cada postal, dentro de un dialogo contemplativo, por eso, solo voy a dar unas sencillas claves técnicas, estilísticas e iconográficas, que nos pueden ayudar a valorar y a entrar más adentro. Lo primero que se aprecia es que están realizadas con materiales muy sencillos, aplicados sobre el papel o la cartulina, como son la acuarela, el lápiz, la tinta, el pastel, las ceras… Al no ajustarse a ningún encargo y ser sencillos regalos de felicitación, Fernando Mayoral se siente muy libre y los simplifica en obras abiertas y aboceteadas, completadas por el que las mira y recibe con los ojos del corazón. En la composición se entremezclan y unen, sin saber que se aplicó antes, la línea del dibujo, la luz, las sombras y los colores. Se trata de un estilo expresionista entre lo abstracto y lo figurativo, porque hace un arte sincero, con un esfuerzo que busca lo esencial y la belleza. Al final se produce, sin que se sepa cómo, la gracia de una presencia y un encuentro con el misterio y la trascendencia. A través de los colores, que son muy llamativos y potentes, expresa sentimientos humanos muy profundos (amor, alegría, vida, paz, compasión) y, a la vez, transmite espiritualidad por medio de unas formas, delimitadas por la línea y el color intenso, que parecen flotar al alejarse o acercarse.

Aunque todas estas pequeñas pinturas tratan el tema central y fundamental de la Navidad, que es el nacimiento del Hijo de Dios, podemos distinguir iconográficamente varios momentos significativos, que parten de la escena de la Anunciación-Encarnación, en la que Gabriel saluda y bendice a María para que Jesús se haga hombre en su seno, pasando por el instante mismo del nacimiento del Niño en el pesebre de Belén, representado en tres versiones diferente: la preciosa acuarela de la adoración de los pastores, el reconocimiento de María, que sostiene y nos enseña a su pequeño desde su regazo de madre, la marcha de los reyes magos montados sobre sus caballos atravesando la ciudad de Belén, o la actualización de la Navidad por medio de una gran estrella luminosa que sobrevuela la ciudad de Salamanca. Además de los textos evangélicos de Lucas y Mateo, que escucharemos estos días en las eucaristías de Navidad, la fuente de inspiración para estas pinturas-postales, también están aquellos nacimientos que montaba y preparaba Fernando Mayoral junto a sus hijos todos los años con tanto cariño. Las casas superpuestas, los celajes del fondo con las estrellas, la luna y la gran estrella que llevó a los magos hasta Jesús, el portal que cobija a María, José y al Niño, o la vegetación formada por el musgo, los árboles y las palmeras, reviven esa tradición y experiencia de llevar hasta el hogar el nacimiento de Cristo.

Por medio de estas sugerentes felicitaciones de Mayoral os deseo que acojamos a Jesús, el Hijo de Dios, que se ha hecho hombre para que le sigamos por el camino de su descenso, pobreza y servicio. ¡Feliz Navidad 2022!



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