Fue el 23 de febrero de 2015, en
el veinticinco aniversario de la aprobación estatutaria de la Tertulia Cofrade
Pasión. La asociación ya llevaba un par de meses manteniendo reuniones, pero
por dar un carácter oficial al evento, se eligió la fecha de su reconocimiento
legal. Ese día se lanzaba al ciberespacio la edición digital de Pasión en Salamanca. En el editorial que
redactó Abraham Coco, el impulsor de la iniciativa, se pudo leer: «La
Tertulia no podía permanecer ajena a los nuevos soportes. Muchos son quienes
antes que nosotros lanzaron diversos portales de actualidad o blogs de distinto
carácter. Algunos desaparecieron y otros continúan manteniendo hoy una labor
loable. Por ello, una vez más, pasionensalamanca.com,
con la misma humildad y entrega que caracteriza a la Tertulia, busca su
espacio, que no será otro que el análisis, la opinión y el reportaje, para
contribuir al enriquecimiento, a repensar al margen de prejuicios, a ampliar
horizontes y a tratar de anclar algunas ideas en medio del ruido».
Ya han pasado casi nueve años del
lanzamiento y este que comienza es el décimo curso en el que la edición digital
de Salamanca ofrece a sus lectores un espacio de reflexión, análisis, estudio, crítica,
opinión, aprendizaje, profundización, pensamiento y, sobre todo, defensa de la
religiosidad popular vinculada, con toda la amplitud posible, a la Semana
Santa. Para eso nació la edición tradicional en 1994, que se mantendrá mientras
las circunstancias lo permitan, y por eso se mantiene durante todo el año «el
mismo espíritu de siempre en un nuevo soporte», que decía el editorialista
en 2015.
Pues bien, esta es la entrada número mil. En mil ocasiones sesenta
colaboradores, habituales en su mayor parte, ocasionales o invitados en menor
medida, han dejado por escrito sus impresiones en el digital. El proyecto está
más que consolidado y, a día de hoy es el único espacio estable en el que se
hacen estas cosas. Comenzó con dos entradas a la semana, en octubre de 2017 se
pasó a las tres y en el curso que comienza, una o dos semanas al mes ya hay
cuatro. La expansión sigue, lentamente, pero con firmeza.
Desde el principio, y fiel a su
filosofía, el digital Pasión en Salamanca ha contado con un grupo de
colaboradores muy estable y variado. La estabilidad es un valor que ayuda a
fijar criterios y pareceres. Por ello el grupo se ha mantenido muy compacto a
lo largo del tiempo. Naturalmente la renovación ha existido. Como en cualquier
entidad viva, las entradas y salidas son habituales y todos los años hay algún
cambio. Esto contribuye a mantener la frescura y vitalidad de la publicación.
Pero siempre con tranquilidad, sin sobresaltos. La variedad de los columnistas
es también otro activo. Siempre se ha buscado contar con el mayor número de
perfiles posible, porque el espectro de la religiosidad popular es amplísimo y
deben estar presentes todas las sensibilidades. Desde el sacerdote y el cofrade
piadoso hasta el irreverente que ama esta expresión de nuestra tradición
religiosa. Desde el capillita que lleva en el tuétano la Semana Santa hasta el
ajeno al mundo procesional pero que se acerca a él desde una especialidad
académica. El ideal es que cualquier lector se identifique siempre con alguna
de las colaboraciones y, por qué no, que se irrite con otras. Pero que
reflexione, porque con la crítica surge la amplitud de miras y la evolución en
el pensar, que pensar siempre lo mismo dice muy poco de las personas.
Mil entradas. Un número redondo y
rotundo que dice muchas cosas. Un número que nos alegra y nos obliga a
continuar con esta labor que no siempre es grata ni reconocida. Mil entradas de
Pasión, las primeras mil. La historia continúa.
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