miércoles, 20 de marzo de 2024

Tu ovación merecida

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Ángel Benito

Francisco Hernández Mateo, presidente de la Junta de Semana Santa de Salamanca en el acto del Pregón | Fotografía: Ángel Almeida


20-03-2024


Y el Teatro Liceo se puso en pie cuando sonó tu nombre. Y no hubo que explicar mucho más. Porque todos sentimos que en este anuncio de la Pasión estaba tu asiento vacío insustituible

Solo hubo aplausos. Y el Teatro Liceo se puso en pie cuando sonó tu nombre. Y no hubo que explicar mucho más. El presidente de la Junta de Semana Santa, Francisco Hernández, habló del «palo» que nos llevamos todos al perderte. Y entonces muchos miramos hacia tu asiento vacío insustituible. Aquel en el que estuviste para escuchar a Francisco Gómez tras superar una de las mil batallas que aún te quedaban por delante. Decía José Manuel Ferreira, también en estas páginas, que ya estaba el palco en el cielo dispuesto. Y por un segundo la razón se desdibujó y me fui a aquellas primeras llamadas y reportajes. Allá por 2007 cuando te conocí y me dabas clases de un costal que venía de Galicia, me llevabas a los ensayos de un Rosario que daba sus primeros pasos y hablabas de sueños que, por aquel entonces, parecían utopías. Tú sabías que no lo eran, mientras yo desconfiaba.

Fuiste didáctico y me repetías y recordabas que había que serlo. Me mostraste cada una de las partes del palio de la Virgen de la Caridad y el Consuelo y del paso de Jesús Despojado para que también en Salamanca se supiese qué era una manigueta y por qué cada elemento tenía una razón y un significado. Lo hiciste también con tu Rosario. Y así la razón volvió a su sitio, mientras terminaba de leer a Ferreira con esa palabra que encoge la garganta. Hasta que ayer volví a escuchar tu nombre. Y necesitaba darte las gracias por todo el apoyo mostrado a lo largo de dieciocho años. Por la predisposición, por la paciencia ante los errores, por el móvil siempre encendido, por la transparencia, por ver a escasos milímetros el rostro de Jesús Despojado, por todo.

No hubo despedidas. La última vez fue un intercambio de miradas y un guiño mientras que veías salir a tu Virgen desde San Esteban. Tampoco había palabras cuando abracé a tu hijo. Las cuerdas vocales traicionan sabiamente en momentos en los que el silencio es mucho más evocador. Sé que Salamanca y su Junta de la Semana Santa te prepara un merecido homenaje en esa calle Jesús en la que te empeñaste que fuera vía de la Pasión. Allí si se verá tu nombre que ahora yo no me atrevo a pronunciar.

Disfruta de tu Semana Santa, amigo desde tu palco en el cielo. 


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