Especial Semana Santa 2020 | Domingo de Ramos
Abraham Coco
La Hermandad de Jesús Amigo de los Niños celebra este año su 75 aniversario | Fotografía: Manuel López Martín |
05 de abril de 2020
Para ser exactos, don Primo tuvo 18 nietos. Pedro Luis, Marta, Ignacio, Elena, José Luis, María, Rosa Estrella, Susana, Pedro Alfonso, Cristina (†), Alberto, Esther, Javier, Javier, María, Pablo, Andrés y María, aunque a estos dos últimos no llegó a conocerlos. Pero, en cierta manera, todos somos nietos de don Primo. Primo Andrés Ramos González (Salamanca, 1912 – 2001) dio al Domingo de Ramos una Borriquilla que sigue siendo puerta de entrada 75 años después. No podía ser de otro modo con ese apellido. Con ella nuestra Semana Santa pone siempre las primeras letras, la ilusión renovada, los nervios del debut. Pero hoy no hay hábitos ni palmas para estrenar. No hay bullicio infantil en las naves de la Catedral… ni disputas adultas por el laurel. ¡A qué sabrán ahora nuestros guisos! Y, sin embargo, es Domingo de Ramos según el evangelio de san Mateo.
Nada es lo mismo sin la procesión. Lo supo don Primo. Por eso en aquel 1945 de fundaciones efervescentes hoy tan arraigadas creó la Hermandad de Jesús Amigo de los Niños. De los niños que desde entonces hemos sido. De aquellos niños de la posguerra que a esta hora pelean en las camas de residencias y hospitales por vencer a un virus que se lleva cada día a casi un millar de los nuestros. De los hijos de esa generación valerosa, de sus hijos, los hijos de estos y así hasta este 2020 en el que la idea de don Primo tiene más vigencia que nunca. Cuántas vocaciones cristianas se perderían sin nuestras cofradías.
Lo supo don Primo quien, junto a otros seis maestros, formalizó un proyecto que habían estimulado la Junta Pro Semana Santa y el Obispado y que reunía a todos los escolares y colegios de la ciudad. Lo supo don Primo tres décadas más tarde, cuando perseveró con Froilán y los héroes de los 70 para evitar que la Borriquilla se fuera al garete. Lo supo cuando la vio a hombros por primera vez y cuando, siendo el único de los fundadores que seguían al pie del cañón, se convirtió en hermano mayor honorario hasta su muerte.
Escribía Daniel Cuesta SJ la semana pasada que el mayor tesoro de las cofradías, junto a sus imágenes titulares, es su patrimonio humano. También lo creo. Don Primo, como ese puñado de bernardos y tomases, fue en sí mismo la cofradía. Sus viviendas eran la sede de la hermandad y el taller de hábitos en vísperas de cada procesión. Una forma de organización que hoy carecería de sentido, pero que fue entonces la única garantía de supervivencia.
Los nietos de don Primo nos quedamos en casa esta mañana, deseando estrenar un pico de contagios que permita "doblegar la curva". Nos quedamos en casa, mientras resuena más que nunca ese "dejad que los niños se acerquen a mí". Muchachos como los de Jesús Despojado, que sin darnos cuenta va sumando años y empieza a dejar atrás la infancia. Muchachos como los del Cristo del Perdón, tan solo en las Bernardas, tan imponente en su vía crucis por el casco antiguo. El único desfile de este 2020 sin indultos. En estas semanas de confinamiento parece que el gesto resultaría más necesario que nunca.
¡Hosanna al Hijo de David!
¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
¡Hosanna en las alturas!
Un 25 de marzo de 1945 salió por primera vez a la calle la Hermandad de Jesús Amigo de los Niños, hoy Domingo de Ramos hubiera sido el mejor día para celebrar el 75 aniversario. Y lo celebramos, cada uno desde su casa, pero todos juntos.
ResponderEliminarAquel año lucía el sol y toda Salamanca esperaba impaciente en la Plaza de Anaya, era un año de estrenos; La Borriquilla, El Perdón y el Cristo de las Batallas.
Este año llueve, como si el tiempo quisiera que nos olvidemos por unos instantes de por qué no han salido las procesiones, nadie espera en la Plaza de Anaya, ni en la Plaza de las Angustias...
Han pasado 75 años, y mucha gente no olvida a Don Primo, pero hay gente especial, gente que no sólo no olvida, sino que lo recuerda cada vez que tiene ocasión. El año pasado en el pregón me pegó un pellizco al corazón cuando lo nombro, y este año nos regala este artículo que nos llena de orgullo por el legado de nuestro abuelo.
Sí Abraham Coco, todos somos nietos de Don Primo, y estoy seguro de que él está orgulloso de un nieto como tú.
Un abrazo de tu hermano y primo.