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| Atardece el Jueves Santo en Salamanca en la salida del Cristo del Amor y de la Paz | Fotografía: Manuel López Martín |
13 de julio de 2020
La temporada concluye. Con los calores estivales llega el cese de la actividad. Es el tiempo de descanso para recuperar fuerzas y renovar ilusiones. La edición digital de Pasión en Salamanca entra en pausa por dos meses. El regreso será a mediados de septiembre. El objetivo, el mismo, mantener abierto un espacio plural de reflexión en torno a la religiosidad popular y la Semana Santa.
En estas empresas la dificultad no está en comenzar, sino en mantener. Y ya son seis cursos con esa prolongación en la red del ideario de la revista que nació en 1994 y lleva ya veintisiete números. Seis años, para lo que estamos acostumbrados en este tipo de iniciativas, son bastantes, pero además está la vocación de continuidad, presente siempre en la entidad editora de esta publicación. Hay firmes deseos de perseverar y mejorar.
A lo largo de este curso, que comenzó a finales de septiembre, se han publicado 128 columnas y se ha contado con veintisiete colaboradores, a los que hemos de sumar los seis fotógrafos más o menos habituales y algún otro esporádico que han ilustrado los artículos. Entre octubre y junio se publicaron tres columnas semanales y durante los días de procesiones de Semana Santa la periodicidad fue diaria. Esta iniciativa, excepcional ante el confinamiento para mantener la referencia de los desfiles del día, tuvo muy buena acogida y posiblemente se mantenga en los años venideros.
Como todos los años al terminar el curso, solo queda dar las gracias a los colaboradores, columnistas y fotógrafos. Ellos son los protagonistas, los que altruistamente mantienen el prestigio de una revista que quiere enriquecer, desde el pensamiento y la reflexión, el debate sobre nuestra Semana Santa y la religiosidad popular en la que se enmarca. Gracias a todos y en septiembre, Dios mediante, volveremos.
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