La Esperanza en el mural de la sala de espera del Hospital Virgen Macarena | Foto: ABC Sevilla
Hace
ya más de cuarenta años que en la conferencia de Alma Ata de la Organización
Mundial de la Salud se expresó con firmeza que la salud es un estado de
completo bienestar físico, mental y social, sin olvidar la esfera espiritual
(añado yo) y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades,
reconociéndolo como un derecho humano fundamental.
Qué
mejor en estos tiempos de zozobra que tener Esperanza, con mayúsculas, y si
hablamos de Esperanza y Semana Santa, no hay duda que una de las imágenes que
trascienden incluso lo religioso es la Esperanza Macarena.
Y
ella, que tiene en Sevilla un hospital con su nombre, heredero del Hospital de
las Cinco Llagas (actual sede del Parlamento Andaluz), auspiciado y atendido
por la iglesia para atender a los más pobres y necesitados, especialmente a las
mujeres, quiere hacerse ahora presente de forma especial en un mural pintado
por siente artistas a la entrada de la UCI.
Las
Ucis, esos lugares ahora tan de moda, donde no deseamos ir si no es
imprescindible, donde muchos al entrar pensarán si saldrán de allí. Donde
muchos profesionales llevan meses y meses pasándolo mal, preguntándose cada día
«a cuántos podré hoy dar los cuidados que necesitan». Os aseguro que una Uci no
es una fiesta, pero también sé de primera mano, que es todo lo humana y
cariñosa que puede ser en esas circunstancias.
En las
habitaciones de los hospitales, en las mesillas de los enfermos, bajo las
almohadas, aparecen con frecuencia las estampas, los rosarios, las medallas,
las pequeñas imágenes que reconfortan y hacen sanar el aspecto menos tenido en
cuenta por los sanitarios. Quizá hemos olvidado la Declaración de Alma Ata. Y
eso para un creyente, o no, también es importante. Las creencias de cada uno
nos hacen aferrarnos a la vida y luchar por ella, como un bastón más en el que
apoyarnos, y aquí tienen un papel muy especial nuestras imágenes de devoción.
Sin
duda, la presencia de la Macarena con sus siete miradas en este mural, que
reflejan tantas y tantas miradas de la vida, dan Esperanza a todos los que la
ven, enfermos y sanitarios, cofrades y no cofrades, creyentes y ateos,
tolerantes y laicistas beligerantes.
La
Macarena es más que una imagen de devoción universal, más que un símbolo religioso,
más que un icono reconocido y reconocible, más que una obra de arte y todos sus
reflejos. ¿No es acaso, una obra de arte este mural? Quizá ya no se admitan
obras de arte religiosas, destruyamos todas entonces.
La
Macarena es la Esperanza, siempre la Esperanza, pacientes y sanitarios la
necesitamos, ahora más que nunca. Y ella la regala, a todos, sin distinción.
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