31-03-2021
Para Tomás Ávila, cofrade que heredó de su padre
la pertenencia al Flagelado. A todos los cofrades
en este cansino tiempo de la interminable espera.
Entre las neblinas de este largo e interminable caos de la realidad herida, ansío recordar un anochecer auscultado por un hiriente frío. Las cadenas de la catedral caen a plomo sobre el silencio. Apenas veinte espectadores presenciamos cómo pasan, vistiendo una vejez histórica, los excombatientes.
Mecido en las andas salmanticenses de este calvario único para vivir la Pasión, presumo cómo llega la hermosura en su grado sumo. El Varón de Dolores, ese Flagelado que surgió de la creación excelsa de Luis Salvador, impregna aquella niñez que enamorada de su rostro, lo enmarca para siempre en la sala preferida del museo existencial que dentro de mí da luz a la cada vez más menguada memoria.
Por aquel capirote que puso sobre mi cabeza el inolvidable Tomás Ávila, sigo buscando dónde clavar mis ojos para ver de nuevo la inocencia:
-Manolillo, esto es pura magia, sólo se puede ver cuando se sale en procesión.
Y ese escalofrío, entre recuerdos, me exige que vuelva a las calles a ver cómo su hijo (mi buen amigo de la infancia vegueña) me repite con la luz de su hachón el guiño de su padre.
Ver a la Señora de las Lágrimas y sentir de nuevo en mi Salve Poética cómo a su lado mi corazón ansía inhalar su cercanía: …Son, Madre, tus ángeles de algodón, / pordioseros niños erizados en óxido, / vestigio del pálpito de muerte inacabada, / ebria desazón que está pariendo la tierra / otra vez en sus cosechas. /Niños sirios acunados por el pavor, /exterminio de la magia infantil /que ha desertado con honda aflicción a los abismos, / a las cavernas más oscuras / del frío anochecer / donde tú, Madre, los acoges…
Anochecer que ampara las horas más intensas. El Señor, después de ser azotado por estas rinconadas, pende del leño, abrazado por la muerte.
Es la hora en que las catedrales, vistiendo el riguroso luto salmantino, rozan en lo más alto el círculo lunar que alumbra lleno de luz el misterio.
En el escalofriante rostro del Cristo de la Agonía Redentora, ven mis ojos a los cristianos perseguidos en el mundo. Éxodo de la inocencia vertida como una injusticia sobre los arrabales de la tierra. Beldad exacta para que brote la oración con verdad en los adentros…
Después, la anochecida arropa, con los lienzos de encaje tallado en la piedra, al Yacente que busca en esta ciudad sepulcro. Y así, los muertos de Siria se abren paso como eslabones de la sin razón sobre la conciencia humana y los niños de los escombros de Alepo, yacidos al lado del Señor, esperan junto a Él la nueva amanecida.
…Pobres niños
que como incautos intrusos aporrean
las puertas de nuestro hogar acorazado
con ansias de nacer en nuestros labios,
en este vergonzante abrazo que diluye
el bronce hielo que puebla
de fríos verdines el olvido…
*versos de la Salve Poética “Fruto de tu vientre”.2017.
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