30-03-2021
En la noche del Martes Santo Salamanca proyecta la imagen genuina de su Semana Santa. No es la más antigua, ni el momento tampoco más concurrido por cofrades, pero sí la que mejor sintetiza todo aquello que debiera ser la celebración popular de la Pasión de Cristo en una ciudad como la nuestra, conocida en el mundo es por las glorias de su Universidad.
No será necesario, tampoco este año, el juramento de silencio en el Patio de Escuelas. La ciudad, a esas horas, está ya enmudecida. El toque de queda vacía las calles y los hermanos guardarán el silencio en la soledad de sus hogares. Fray Luis de León, desde su atalaya, será el único testigo de las ausencias en este martes doloroso. La mirada seguirá fija en la fachada del Alma Mater, hoy sin el venerado Cristo de la Luz, sin la Madre Santísima de la Sabiduría, sin penitentes ni la comunidad universitaria, sin el coro de la Pontificia… En silencio, a oscuras, sin nada ni nadie interpuesto, así está hoy de triste el Patio de Escuelas.
La estampa no puede ser más desoladora. ¡Un Martes Santo sin Universitaria! Sin las cruces toscas de penitente bajo cuyo peso incurvan la espalda los hermanos, sin los hábitos pobres que contrastan con la solemnidad del traje académico. Son todo evocaciones y nostalgias, recuerdos de aquellos Martes Santos que quedaron en la memoria y esperan volver a ser lo que eran sabiendo que nunca volverán a ser del todo igual, porque este virus maldito va a dejar en nuestra sociedad demasiadas cicatrices, profundas y dolorosas. Se nota ya demasiado cómo a todos nos está transformando, aunque haya quien persista en no reconocerlo.
El próximo año, y si no al siguiente o al siguiente, la Semana Santa tendrá de nuevo sus procesiones y la Hermandad Universitaria, como todas, iniciará una nueva etapa en su andadura. Los tiempos serán otros, las circunstancias seguramente también, pero la esencia continuará siendo la de siempre y veremos a un grupo de creyentes que recorren el camino de la cruz, meditando en el silencio que juraron guardar mientras siguen al Jesús de la Luz y la Virgen de la Sabiduría. Esta es la Semana Santa que permanece, la que mantiene la tradición y defiende lo propio aunque, inevitablemente, deba saber adaptarse al signo de cada tiempo. El Martes Santo volverá a Salamanca.
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