Nuestra Señora de la Soledad | Foto: Pablo de la Peña |
04-10-2023
Si pensamos en el significado de la
palabra interesante nos encontramos con algún hecho, evento u objeto que llama
la atención o bien que es digno de interés. Si algo nos interesa significa que
merece la pena dedicar algo de nuestro tiempo a ello. Creo que interesante es
una de las palabras que siempre forman parte de nuestro vocabulario para
expresar alguna suerte de emoción. Solemos utilizarla cuando alguien nos
transmite una información desconocida o incluso podemos soltarla de forma
espontánea o simplemente pensar en ella al observar o leer sobre aspectos
desconocidos para nosotros.
Fue en 1853 cuando Karl Rosenkranz publicó
su famoso libro titulado Estética de lo feo. Allí entre otras
afirmaciones para tratar de definir la fealdad, como por ejemplo que lo feo es
«el infierno de lo bello», hace una curiosa definición de la palabra
interesante, ya que dice que «lo interesante es todo aquello que alberga en sí
una contradicción».
No sé si alguna vez nos lo habíamos
planteado de esta manera. Lo interesante como lo contradictorio. En vez de
aquello que es digno de interés sería aquello que nos llama la atención porque
en sí mismo incluye lo contrario de lo que atrae nuestra atención.
Partiendo de esta acepción me gustaría
acercarme a la Semana Santa en Salamanca y definirla como interesante, pero en
un sentido contradictorio, es decir al mismo tiempo enriquecedor.
Hemos observado en los últimos años como
existen diferentes posibilidades de carga para los pasos de Semana Santa.
Algunas cofradías nuevas han introducido aspectos a los que no estamos
acostumbrados o bien que no «encajan» con la manera de hacer que habitualmente
era seguida para este proceso. Incluso alguna de las antiguas cofradías ha
realizado cambios para adaptarse a esta manera de cargar, ofreciendo una
novedad que vuelve atractiva la contemplación de la misma o incluso la
participación en la procesión.
Frente a aquellos que abogan por la
tradición, quisiera romper una lanza en favor de la diversidad. Lo diverso es
bello. La diversidad es aquello que nos aleja de lo siempre igual. En la
diversidad está la virtud. Algunos de los desfiles más renombrados del país
carecen de esta diversidad, aunque sean muy admirados. Sin diversidad solo
existe una monotonía cuya única pretensión será acercarse a la perfección. Y lo
perfecto es aburrido. En este caso, disfrutar de diferentes formas de carga,
convierte a la Semana Santa salmantina en distinta, diferente y atractiva.
Por esta razón creo que podemos calificar
a la Semana Santa de Salamanca como «interesante». En primer lugar, en el
sentido que Rosenkranz le da a la palabra, porque ambas formas de expresión
parecen resultar contradictorias. Y es en esa contradicción donde aparece el
interés y la voluntad porque merezca la pena la contemplación de ese canto a la
diversidad.
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