viernes, 26 de enero de 2024

Comienza lo bueno

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 Jesús A. Alonso Cuesta

Fotografía de Francisco Borja Chamorro

26-01-2024

 

El motivo de la buena nueva que anuncio con el título de estas líneas nada tiene que ver con lo cofrade. En tan solo diecinueve días estaremos ante una nueva cuaresma, pero entonces no comenzará lo bueno, sino que, para los cofrades, empezará lo mejor.

La noticia proclamada, tiene que ver con el preámbulo anual de nuestros cuarenta días más vividos, el carnaval y más concretamente con el Carnaval de Cádiz. Esta noche comenzarán los cuartos de final del COAC (Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas) 2024 y será a partir de hoy, y hasta la final del próximo sábado 10, cuando se canten las mejores letras sobre las tablas del Gran Teatro Falla, aquellas que se recordarán durante el año y, si son realmente excepcionales, pasarán al multiverso carnavalero para la eternidad.

¿Y esto qué tiene que ver con nuestra Semana Santa? Pues en principio nada, pero años de seguimiento de la fiesta mayor de la capital gaditana, unido a mi innata pasión por nuestras cofradías, ha hecho que vea patrones y conexiones que la mayoría de ustedes no hayan podido imaginar. Este sesgo cognitivo es algo común, recibe el nombre de apofenia y es pariente lejano de la pareidolia. Así que, si de aquí en adelante alguien les acusa de mezclar churras con merinas, utilicen el comodín de la apofenia.

Prosigamos. Tratar de apropiarme de la relación entre el carnaval y la Semana Santa sería un completo y descarado disparate. A punto de cumplir 700 años está el Libro de buen amor, del Arcipreste de Hita, en el cual aparece «La batalla de don Carnal y doña Cuaresma». Algún día escribiré más sobre esa edificante fábula medieval, pero les adelanto a los capillitas que pueden estar tranquilos, gana doña Cuaresma. Y también a mediados del siglo XVI quedó representado ese mismo combate en uno de los lienzos más representativos de Pieter Brueghel el Viejo, el cual recomiendo vean a escala aumentada si, como yo, no tienen planeado visitar el Museo de Historia del Arte de Viena en las próximas semanas.

Sin embargo, estas referencias nos hablan de una acción bélica entre carnaval y Cuaresma, mientras que yo pretendo ver semejanzas entre el carnaval de Cádiz y la Semana Santa salmantina.

Y es que, tanto en el Carnaval gaditano como en nuestra Semana Santa, todo vale, dando igual la calidad artística o el sentido último de cada estreno, lo importante es la ilusión de salir, lo demás no importa, con la más que evidente perdida de nivel de muchas de nuestras procesiones.

Y es que, tanto en el Carnaval gaditano como en nuestra Semana Santa, se satura el calendario ocupando fechas exóticas con cualquier pretexto de festivales/procesiones extraordinarias, con las que alimentar el insaciable estómago del fatiga carnavalero/semanasantero, con la notoria pérdida de eso que se ha venido en llamar las vísperas.

Y es que, tanto en el Carnaval gaditano como en nuestra Semana Santa, se avanza hacía una idolatría antinatural, en la que se olvida lo importante de cada fiesta, don Carnal en un caso, Jesús y María en el otro, por encima de personalismos en forma de bandas o capataces que, en el mejor de los casos, complementan el desfile procesional.

Y es que, tanto en el Carnaval gaditano como en nuestra Semana Santa, se vive un continuo mercadeo entre componentes de las distintas agrupaciones/cofradía/bandas. Llamadas a última hora para fomentar la figura del mercenario cofrade, haciendo de este mundo una guerra de guerrillas que no beneficia a ninguna cofradía y solo aumenta el ego de aquellos que llaman y son llamados.

Y es que, tanto en el Carnaval gaditano como en nuestra Semana Santa, son continuos los rumores, los bulos y las filtraciones mal intencionadas, la mayoría de ellas realizadas desde el anonimato que proporcionan las redes sociales, simplemente para conseguir unos cuantos seguidores y minutos de notoriedad.

Y es que, tanto en el Carnaval gaditano como en nuestra Semana Santa, se viene trabajando desde los organismos oficiales hacia una turistificación de la fiesta, una externalización que lo único que genera es que el propio local se vea desplazado de lo que antes sentía como propio y cada vez se involucre menos, o que termine entrando en esa rueda viajando a otras latitudes.

Y fijaos si se parecen el Carnaval gaditano y nuestra Semana Santa que, por tener, tenemos hasta un «Capitán Veneno», un profeta que se fue demasiado pronto y nos deja su credo y un legado muy difícil de igualar. (D.E.P. Óscar).

Pero bueno, con todos los problemas que ya he desglosado, pónganse esta noche la primera sesión de los cuartos de final del COAC. A lo mejor hasta sacan alguna semejanza positiva (que también las hay) y simplemente disfruten de lo bueno, que ya tenemos, en 58 días, lo mejor.

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