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María Santísima de la Caridad y el Consuelo (PMH) |
13-05-2024
13 de mayo de 2024
Festividad de Ntra. Sra. de Fátima
Mayo es el mes de María. El mes de las flores. Permítanme que me fije en ella y le lance unas cuantas. Sugiero en este mes dedicado a ella que encontremos un momento para ponernos delante de nuestra imagen mariana de devoción y realicemos una oración comparativa, respondiendo a esta pregunta: ¿mis valores son los valores de María? Ella, que es modelo para llegar a Jesús, nos marca el camino en el final de este tiempo pascual.
María es el sí, es fiarse. Dice sí a los planes de Dios, aunque no los entienda. ¿Qué decimos nosotros ante los planes que no nos cuadran, que no nos gustan, que no nos apetecen?
María es obediencia. «Hágase tu voluntad y no la mía». Cuantas veces imponemos nuestra voluntad, nuestras preferencias, nuestro modo de ver las cosas. ¿Dónde queda la voluntad de Dios?
María es humildad. Una mujer humilde que se sabe instrumento de Dios para traer a su hijo a la tierra, y no se vanagloria de ello, al contrario, se sabe pequeña ante la grandeza de Dios. Qué poco humildes somos, cómo nos gusta destacar y que nos reconozcan nuestra importancia.
María es fe. En ningún momento dudó de lo que Dios había pensado para ella, ni le pidió prueba alguna para justificar su fe. ¿Cuántas pruebas le pedimos nosotros a Dios?
María es silencio. Guardaba muchas cosas en su corazón en silencio. Cuánta falta nos hace el silencio para entender a Dios y guardar sus cosas en nuestro corazón.
María es amor a Dios. Lo pone en el centro de su vida y alimenta ese amor con la oración. Busquemos momentos de oración para mantener vivo nuestro amor a Dios.
María es servicio, atenta a las necesidades de su hijo Jesús, de los apóstoles y todos los que lo seguían, como en las bodas de Caná. ¿Estamos nosotros atentos a prestar el servicio que se necesite?
María es caridad, modelo de amor a Dios y al prójimo. ¿Miramos para otro lado al conocer las dificultades y necesidades de los demás?
María es pobreza. No se guarda nada para ella, todo lo da, todo lo ofrece, sin apego a las cosas materiales. Si el centro de nuestra vida es poseer y tener, qué lejos estamos del ejemplo de nuestra Madre.
María es Iglesia. Tras la muerte de su hijo estuvo con los apóstoles, formando la primera comunidad, la primera Iglesia. Ojalá nosotros seamos también iglesia local, iglesia diocesana, iglesia universal.
María es familia. Con José y Jesús forman un verdadero modelo de familia en el que reflejar las nuestras.
María es piedad, siempre cumpliendo sus deberes religiosos. Adoraba al Señor en espíritu y verdad, le alababa y glorificaba. Que nuestra piedad popular tenga como ejemplo la piedad de María.
María es esperanza. Cuando todo se derrumba, cuando no queda nadie, allí está ella al pie de la cruz, esperanzada o confiada en la palabra del Padre. En los momentos de dificultad, de abandono, de desamparo. ¿Tenemos nuestra esperanza puesta en el Señor de la mano de María?
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