martes, 22 de octubre de 2024

Imaginería contemporánea

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Rafael López Borrego

Nuestra Señora del Silencio, obra contemporánea de Enrique Orejudo | Fotografía: Pablo de la Peña

22-10-2024

 Este año, en un reportaje de televisión, tuve la oportunidad de escuchar a un locutor que entrevistaba a un imaginero andaluz y comentaban acerca de una nueva escultura que había entregado a una cofradía.

En un momento de la charla el locutor le dijo que era «uno de los puntales del arte contemporáneo». Y esa fue la frase que me llamó la atención. El uso de arte contemporáneo para la imaginería procesional.

Aunque podamos pensar que arte contemporáneo es el arte que camina con su tiempo, es decir el que se hace en la actualidad, esta definición no es del todo correcta. No todos los artistas que trabajan actualmente son contemporáneos.

Hasta los años setenta del siglo pasado, si echamos un vistazo a la historia del arte, nos damos cuenta de que los movimientos artísticos se encuentran acotados. Si me refiero a la escultura románica puedo asociarla a un tiempo concreto, incluso dentro del periodo románico podría decir una fecha aproximada. Junto a ello tendríamos una serie de características que me pueden ayudar a identificar esa pieza en un momento e incluso lugar determinado.

Los estilos durante la Edad Antigua o Media tienen una duración amplia, incluso de varios siglos (por ejemplo, en España el gótico se prolonga desde el siglo XIII al siglo XVI), pero cuando nos vamos acercando al siglo XX, y a lo largo de ese siglo, los estilos duran menos tiempo y parecen sucederse y convivir en un mismo momento.

Pensemos en esta lista de movimientos: impresionismo, postimpresionismo, fauvismo, cubismo, futurismo, dadaísmo, surrealismo… Podría seguir con la lista del siglo pasado, pero a partir de los años setenta con la introducción de nuevas disciplinas como la fotografía o el vídeo, me costaría trabajo.

En los años sesenta se produce un cambio de paradigma en el que el arte engloba diferentes manifestaciones como el happening, la performance, lo objetual, lo conceptual. Y el arte en sí se disemina admitiendo todo tipo de expresiones difíciles de clasificar o encasillar.

Ahí es donde surge la expresión «arte contemporáneo», un término que engloba todo aquello que no puede ser calificado o adscrito a ningún otro movimiento de los ya existentes. Los artistas contemporáneos realizan obras que, en su eclecticismo, mezclan varios estilos o utilizan diferentes soportes para su composición. A esto añadiremos un pequeño discurso de tipo conceptual que acompaña la obra y que ayudaría a su mejor comprensión y la inserción dentro de un sistema que abarca agentes como galerías, museos, comisarios o críticos de arte.

Hecha esta aclaración, ¿podríamos decir que las obras de este imaginero andaluz son arte contemporáneo? En mi opinión no. Las obras realizadas son identificables con un estilo concreto y también con una iconografía que se ha venido repitiendo a lo largo de los siglos.

Supongo que nos resultaría extraño encontrar encima de un paso de Semana Santa una instalación con objetos de distinto tamaño, altavoces, televisores y otras cosas por el estilo. No todo el arte contemporáneo es así, ni se dedica a la instalación, pero creo explicarme cuando digo que el tipo de esculturas que entregan los imagineros a las cofradías son más tradicionales o la temática resulta fácilmente identificable.

Así que, desde mi punto de vista, aunque caminen con el tiempo, aunque estén hechas ahora mismo, habría que buscar otra definición para ellas que no fuera la de contemporáneo.

Si os parece podéis dejar un comentario sobre esto argumentando vuestra opinión. Me encantará leerlo.

 


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