¡Ya
está aquí! ¡Ya llegó! El archiconocido «Black Friday», una de esas costumbres yankees que tanto gustamos los europeos
en copiar. Qué se le va a hacer, la vida son ciclos, primero los convertimos al
cristianismo nosotros y ahora ellos nos convierten al capitalismo practicante.
Hoy, bueno, realmente durante todo el mes de noviembre, llevamos viendo
promociones y ofertas completamente irrechazables, salvo que lleves siguiendo
la evolución de precios de ese producto, claro está. Cualquier día de estos y
viendo sus prácticas mercantilistas, no me extrañaría que alguna de nuestras
hermandades haga promociones de cuotas, de estampitas o vete a saber qué
estrambótico producto de merchandishing cofrade, al modo inventado en el
territorio de las barras y estrellas.
Pero
no estoy aquí hoy para hablar de centros comerciales, descuentos o rebajas, no.
Estoy para hablar de nuestro Viernes Santo, nuestro propio «Black Friday». El emblema de nuestra Semana Santa en otros días, la Procesión
General del Santo Entierro, la procesión de los catorce pasos que nunca lo
fueron, parece que no volverá, al menos tal y como la hemos conocido. Pero para
llegar a este punto vamos a retroceder quince años y veamos qué sucedió para
acabar con una procesión centenaria.
10
de abril de 2009, la lluvia (ese recurrente personaje de la que hablaremos
varias veces a lo largo del artículo) aparece a primera hora de la tarde,
teniendo que suspender la cofradía de la Oración en el Huerto de los Olivos, su
procesión. Las Congregaciones y la Vera Cruz, sí que saldrán, aunque sin el
orden iconográfico tradicional, a fin de aligerar el ritmo en caso de que
volviera a aparece el líquido elemento. Sin embargo, la debilidad de la Junta
de Cofradías, dirigida en ese momento por José Vaz, provoca que comiencen a
salir grietas en la propia organización del Santo Entierro.
2
de abril de 2010, procesión lucida aunque con los tradicionales parones y
cortes (entendibles, por otro lado, teniendo en cuenta las dimensiones del
cortejo). Siguiendo la retransmisión típica de Televisión Salamanca en la
esquina de la Compañía con la Plaza de San Isidro, ochenta minutos de tiempo de
paso, para doce pasos, no parece demasiado, sobre todo teniendo en cuenta el
ritmo de algunos cortejos de dos pasos.
Aún así, las quejas entre hermandades se multiplican y el recién elegido
presidente de la Junta de Cofradías, José Adrián Cornejo, pone entre sus
objetivos «lograr una mayor
coordinación en el Santo Entierro» (declaraciones de julio del mismo año,
en La Gaceta de Salamanca).
22
de abril de 2011, comienza el «trienio negro» (¿o debería llamarlo hoy black
triennieum?). Se llega al acuerdo de que, llegado el cortejo a la Plaza
Mayor, se dé la vuelta a la inversa, entrando por Corrillo y saliendo por la
Plaza del Poeta Iglesias. Sin embargo, la lluvia trunca la tarde. Huerto de los
Olivos sale media hora más tarde y el resto, pese a salir a sus horas, se
mojan. Se decide recortar recorrido, pero las opiniones cada vez están más
enfrentadas y la disparidad de criterios dificulta el consenso.
6
de abril de 2012, la Junta de Cofradías ha recuperado la dirección de la Procesión
General del Santo Entierro, teniendo incluso potestad para suspender la
procesión en caso de lluvia. Sin embargo, en una especie de «revuelta», la
Congregación de Jesús Nazareno y la Vera Cruz, se echan a la calle, mientras
que Huerto de los Olivos y Jesús Rescatado suspenden su procesión. Para colmo,
la lluvia irrumpe con fuerza esa tarde y se viven momentos desoladores al paso
de las cofradías que han decidido procesionar. Las críticas entre hermandades
pasan de lo privado a lo público y la figura de la Junta de Cofradías sufre un
daño irreparable.
29
de marzo de 2013, la Junta de Cofradías no ha podido resistir la presión y ha
cedido la organización de la tarde a las propias hermandades. La solución
encontrada fue volver a procesionar juntos en un recorrido común pero sin
intercalar los pasos, es decir sin respetar el orden iconográfico de la pasión.
Pero de nuevo la lluvia tiene otros planes y el Huerto de los Olivos tiene que
volver al Carmen de Abajo ante una repentina tormenta y, pese a que el resto de
cofradías sí salen a la calle, las condiciones meteorológicas alteran toda la
tarde.
En
vista de que las propias protagonistas, también son incapaces de llegar a un
punto de entendimiento, la Junta de Cofradías, con José Adrián Cornejo a la cabeza,
presenta una proposición innovadora y disruptiva: dejar la noche del Jueves
Santo a la Oración en el Huerto de los Olivos, la mañana del Viernes Santo a
Jesús Nazareno y la tarde del Viernes Santo a la Vera Cruz y a Jesús Rescatado
(esta última de manera temporal hasta que se encontrara una jornada con buen
encaje). A título particular, me parece la propuesta más brillante de las
últimas décadas, dotando de un espacio propio a cofradías que no lo tienen y
provocando que durante alrededor de cuarenta horas hubiera siempre pasos en las
calles de Salamanca (como ocurre en muchísimos otros lugares). Incluso puedo
decir que yo voté a favor de ese cambio en el cabildo que se hizo a tal efecto
en la Congregación de Jesús Nazareno. Sin embargo, no fue así entendido por mis
hermanos de congregación, ni por los de la Hermandad de la Oración en el Huerto
de los Olivos. Ya fuera por no saber defender correctamente la propuesta, ya
fuera por el espíritu cainita propio de nuestra Semana Santa (se llegó a oír
que hasta que Jesus Rescatado no se moviera, nadie se movía), el caso es que
esa propuesta fue metida en el cajón de los imposibles y las relaciones entre
hermandades sufrieron una herida que aún hoy, diez años más tarde, sigue
sangrando en según qué círculos.
18
de abril de 2014, todo se ha roto. Cada una por un lado y Dios, en todos ellos.
Esta vez la lluvia quiso dejar que el caos se consumase, y vaya que si lo hizo.
En Palominos, el Huerto de los Olivos quedó atrapada al pasar por delante Vera
Cruz y por detrás Jesús Rescatado. Esto conllevó una fuerte discusión entre
representantes de las dos primeras cofradías, que por desgracia fue grabada y
fue la comidilla en las semanas posteriores a la Semana Santa. También se
produjeron otros parones entre la Vera Cruz y Jesús Nazareno, y entre estos
últimos, con la otra Congregación morada. Lo dicho, un auténtico disparate.
Obispado y Junta de Cofradías no pudieron por menos que manifestar su
disconformidad ante este despropósito, pero ante la falta de fuerza de unos y
de autoridad de otros, todo quedó así.
Desde
entonces poco ha cambiado. Se han modificado algunos recorridos (algunos con
más acierto que otros, mención especial a la entrada del Sepulcro con el Cristo
de Nuestro Bien en la Universidad en el año 2015), se han alterado horarios de
salida y entrada… pero poco más. Por no
cambiar, no ha cambiado ni la usual aparición de la lluvia, como en el año
2018.
Llegó
la pandemia, esa de la que parecía que podíamos salir mejores, pero… la vida
sigue igual. Al menos sí que se ha conseguido desde el año 2023, y gracias a la
labor de la Junta de Cofradías de Francisco Hernández, volver a un pequeño
recorrido común en el que se puedan ver los cuatro desfiles procesionales,
aunque sin el orden evangélico. Mejor eso que nada.
29
de marzo de 2024, el día de la marmota, el déjà vu constante. La lluvia
aparece desmadejando la tarde del Viernes Santo salmantino, dejando claro que
todo ha cambiado para que nada lo hiciera El desorden, la descoordinación y el
despropósito se vistieron con sus mejores galas y pasearon a sus anchas por
nuestra ciudad como tantas otras veces.
Con
diez años de experimentos y fracasos más o menos camuflados, es ahora el
momento de volver al diálogo entre las cuatro cofradías, es el momento de que,
si la altura de miras de las juntas de gobierno lo permiten, se vuelva a
intentar retornar a nuestra esencia más pura, a nuestra procesión general del
Santo Entierro de siempre. Curiosamente y si no hubiéramos perdido a la querida
Coronación de Espinas, ahora sí tendríamos catorce pasos, gracias a la reciente
incorporación del Crucificado de la Salud.
En
estos tiempos en los que las magnas están tan de moda, llegando casi a nuestras
latitudes, se nos olvida que una de las mejores magnas del país la vivíamos
cada Viernes Santo y no éramos conscientes de ello. Como dicen cuando hablamos
de la infancia… éramos felices y no lo sabíamos.
0 comments: