viernes, 24 de enero de 2025

Más allá de la esperanza

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Ángel Benito

El obispo, Carlos López, y la directora de Cáritas, Carmen Calzada, en la bendición del centro "Ranquines" | Fotografía: Ángel Almeida

24-01-2025


Durante este año se celebrarán multitud de actos en las diócesis de Salamanca y Ciudad Rodrigo que deberían dejar una «semilla de esperanza» para la posterioridad.

El Cristo del Amor y la Paz marcó el inicio del Jubileo de la Esperanza en la diócesis de Salamanca. Mientras que los adornos navideños decoraban las calles, muchos eran los turistas que se sorprendían de la salida de Cristo crucificado a solo tres días después de haber venido al mundo. Por mucho que se explicara, resultaba difícil de explicar.

Mucho más fácil de comprender fue que la música llegara a la cárcel de Topas, una labor ingente normalmente silenciada de la Pastoral Penitenciaria, o que se les quiera dar protagonismo a los mayores y la soledad, la enfermedad del siglo XXI en la que todos debemos estar realmente implicados.

Por el momento, solo la Hermandad Dominicana ha preparado un programa exclusivo de actos que está desarrollando mes a mes, mientras que el resto de cofradías están optando por sumarse en mayor o menor medida a las actividades que organiza la diócesis de Salamanca. A excepción de la inauguración que había pasos y música, la presencia de las hermandades no está siendo muy destacada.

Al margen de las cofradías, sería importante que el Jubileo de la Esperanza supusiese un punto y aparte como lo hizo la Asamblea Diocesana. De todas aquellas reuniones, encuentros y renovación, una de las apuestas más fuertes que realizó la Diócesis de Salamanca, gobernada en ese momento por Carlos López, fue la creación de «Ranquines» para fundar un recurso que hasta ese momento era inexistente que se preocupara de las personas sin recursos con problemas de salud mental. El compromiso social manifestado en ese momento fue inapelable sobre una necesidad social a la que las instituciones no habían sido capaces de dar respuesta. No es la solución, pero sí es una manera de acoger a personas que son rechazadas de la mayor parte de los recursos.

Por ello, sería necesario que el Jubileo de la Esperanza también dejase un testimonio para los años venideros en forma de acciones concretas que no se evaporasen en el pasar de fotos y procesiones extraordinarias. «Ranquines» es el mejor ejemplo donde apoyarse, por lo que hay bases para ir más allá de la esperanza.


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