miércoles, 25 de junio de 2025

Miembros de la Junta de Cofradías, sean generosos con Salamanca

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Lira Félix Baz

Fotografías de cofradías y pasos de la Rúa | Fotografía: Pablo de la Peña

25-06-2025

Tenía que salir de ustedes, de todos los que aman la Semana Santa, pedirle al Ayuntamiento que retire las fotografías que salpican la Rúa y la Plaza Mayor con las imágenes de un Jesús en sus diferentes momentos de dolor, angustia y sufrimiento, al igual que a su madre. ¿No están cansados de verlas durante años? Sean generosos y compartan ese espacio.

Según datos facilitados por el propio Ayuntamiento de Salamanca, durante el mes de mayo, la capital charra recibió 27.994 viajeros internacionales. ¡No está nada mal! Esos miles de personas pueden profesar la religión católica o no. Casi seguro que muchos de ellos no han visto una procesión en vivo en la vida.

Me pregunto: ¿De verdad quieren que todos estos turistas extranjeros se lleven esa imagen de la Semana Santa de Salamanca? Al margen de que las fotografías que han elegido como muestrario son poco evocadoras y muy repetitivas. Tanto es así, que solo se distinguirá una cofradía de otra si se está muy involucrado en la Semana Santa salmantina. Si eres un profano, esas imágenes no aportan información.

Llevan colocadas esas instantáneas casi un lustro, la promoción dilatada. Una pregunta más: ¿Cuántos visitantes se han acercado a vivir la Semana Santa salmantina alentados por ver las procesiones de esas estampas tan monumentales (casi a tamaño real)?

Apelando a la generosidad de los cofrades, quizá estaría bien que cedieran ese espacio, que es de todos, para que otras propuestas culturales y turísticas encontraran su ventana para darse a conocer, ya sea en la ciudad, como son las obras de la Galería Urbana del barrio del Oeste, o las diferentes comarcas que enriquecen la provincia.

Seguro que la despoblada región de Arribes vería con muy buenos ojos que la Rúa, esa calle que comunica la Plaza Mayor con la Catedral, por donde pasan los miles y miles de turistas que visitan la capital del Tormes todos los años, contemplara la belleza casi tremendista de los arribes que ha labrado el Duero durante miles de años. A buen seguro que los autónomos de la zona, desde queseros, hosteleros, aceiteros y vinateros, se lo agradecerán.

Para que no solo sea naturaleza en estado puro, aquí traigo la Peña de Francia, con su monasterio o el de las Batuecas. La Alberca que, aunque es uno de los pueblos más visitados de Salamanca, siempre conviene recordarlo. A modo de ejemplo, todos conocemos la Coca Cola y no por eso deja de anunciarse. Al abrigo de la cabecera de la comarca serrana, muchos otros pueblos se ven arropados: Mogarraz, Miranda del Castañar, Sequeros, Villanueva del Conde... Lo mismo los pequeños empresarios, que agradecerán el detalle de ver sus pueblos embelleciendo la maltrecha y descuidada Rúa de Salamanca.

Vamos a por dos pueblos medievales. Ledesma y Ciudad Rodrigo. ¡Impresionantes ambos por historia, leyendas y yantares! Desde lo alto, y parafraseando a Lorca, van sus aguas, la del Tormes y el Águeda, «riendo» a las orillas del mar. ¡Qué bonitas fotografías regalan estos dos pueblos! A buen seguro, los paseantes se quedarían mirándolas y dirían aquello de quiero ver lo que ha visto esa lente.

Asimismo, los pueblos que se encuentran en las comarcas peñarandina y albense, con sus templos mudéjares. Sus gentes recibirán con los brazos abiertos al viajero. Ya sabemos que esas dos cabeceras de comarca tienen entidad por sí mismas, con sus plazas, sus manjares, su Santa. No vale con decir que ya tienen suficiente promoción. No. Al contrario que ustedes, que llevan un lustro exhibiendo los mismos pasos, estas localidades están vivas y brindan a los andariegos una experiencia distinta cada día.

Tomando la Ruta de la Plata, qué mejor que hacer un alto en el camino y saborear un buen jamón. ¡Qué fotografía tan hermosa la de un cortador mostrando una loncha recién cortada de una buena pieza ibérica! ¡Quién da más!

Por último, dejemos a Cervantes hablar de Béjar. El Quijote empieza de una forma maravillosa para conocer la ciudad textil: «Dedicatoria al Duque de Béjar, marqués de Gibraleón, conde de Benalcázar y Bañares, vizconde de la Puebla de Alcocer, señor de las Villanas de Capilla, Curiel y Burguillos». Y es que, ¿cómo no va a querer una persona que visita Salamanca acercarse a conocer la ciudad que aparece en una de las obras literarias más leídas a nivel universal?

Señoras y señores cofrades sean cicerones, tomando la acepción de quienes dirigen a turistas y visitantes por la riqueza arquitectónica, patrimonial, gastronómica e historia que atesoran las tierras del Lazarillo de Tormes o La Celestina.



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