viernes, 17 de octubre de 2025

Que la distancia nunca sea el olvido

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Pedro Martín

Fotografía: Ángel González López

17-10-2025

Ángel González López «in memoriam»

 

Parece, como dice la canción, que la distancia es el olvido. Parece, que aquellos que ya no están cerca, ya importan menos. Parece, pero yo me niego a que parezca. Y quiero hacer un profundo y sentido homenaje desde este medio a Ángel González López, que partió a la casa del Padre el pasado sábado 4 de octubre.

Más allá de algunos comentarios en alguna página de redes sociales de sus amigos de la fotografía cofrade, o en grupos de whatsapp, parece que Ángel ya no existía en el mundo cofrade salmantino. Qué rápido se olvida.

Ángel era uno de los fotógrafos de la «vieja guardia», incansable con su cámara desde hace décadas, cuando esto de la fotografía cofrade era mucho más artesanal y cercano, cuando el fotógrafo-cofrade (que lo era siempre en la doble acepción) era capaz de plasmar la fe, la tradición, la atmósfera, el lugar. Y todo ello sin molestar aquello que quería, su Semana Santa. Desgraciadamente, qué poquitos fotógrafos cofrades quedan. Quizá sea una de las causas del decaimiento (en mi opinión) del concurso de fotografía de Semana Santa. Hay profesionales, sin duda, con fotografías muy artísticas, pero ¿cofrades?

Ángel ganó el concurso en el año 2012, con una magnífica estampa del Cristo del Perdón en la tarde del Domingo de Ramos con la luna de Nisán alumbrando su rostro. En aquel año, participé en la elección del cartel, por primera y única vez. Qué cosas tiene el destino, o la providencia.

Pero no quiero olvidar lo más importante de Ángel, como cofrade y como persona, su bondad infinita. No lo tuvo fácil en su vida y renunció a muchas cosas por servir a los demás, eso es el Evangelio.

Ángel y yo nos conocíamos desde niños, cuando por San Pablo íbamos con nuestros padres a hacer lo que tocará. Yo un crío y él un adolescente. Nuestra devoción por Jesús Rescatado nos llevó a estar siempre atentos a lo que se necesitara. En el año 2011 era necesario un relevo en la congregación. De la anterior junta no parecía salir un candidato y dos grupos diferentes, sin saberlo, hablábamos de la posibilidad de presentarnos. Uno lo encabezaba Ángel, otro yo. Nada más enterarnos de esa circunstancia, surgió el café, la charla entre ambos grupos, los planes, las ideas, los sueños, y en un momento dado surgió la pregunta: ¿quién va a ir de hermano mayor?

Yo tenía mis dudas, la figura de mi padre pesaba mucho. Le dije a Ángel que fuera él y que yo estaría para todo lo que necesitara, como su segundo si él lo deseaba. La respuesta de Ángel, todo generosidad, fue la que os imagináis: «tienes que ser tú». Y aquello hizo que yo fuera hermano mayor. Ese era Ángel, poco más que añadir.

Fue mi segundo, un cargo complicado, aunque no lo parezca, dispuesto a lo que tocara, al servicio de la congregación. Lo más importante, sin duda. Disfrutamos de su compañía, de su fotografía y de su bonhomía.

La vida le llevó por tierras levantinas, donde era feliz junto a su mujer. No olvidó su tierra salmantina, a la que volvía de vez en cuando, pero parece que su tierra cofrade sí lo ha olvidado. Yo me resisto a ello, estamos necesitados en nuestra Semana Santa de personas como Ángel. Que su recuerdo y su legado permanezcan siempre en la memoria cofrade salmantina.

Descansa en paz Ángel, que Jesús Rescatado te tenga ya en sus manos para que veas el rostro del Padre, como la foto que hiciste para celebrar la Navidad. Qué bien lo pasamos haciéndola.
    


1 comments:

  1. Otro compañero con méritos reales para dar nombre al Concurso, como su tío Julio, como Tomé, como Monzón, como Gombau... descansa en Paz, Ángel

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